Un militante levanta la mano cuando en el comité de base frenteamplista El Galpón, sobre Uruguay y Magallanes, se abre la ronda de intervenciones: “Veo acá un ambiente de derrota anticipada”, propina, antes de continuar su prédica a favor del plebiscito por la seguridad social.
“Cuando uno lee la composición de quienes están en contra dice: ‘O nosotros estamos muy equivocados y caímos en la locura, o hay un problema de para dónde va la izquierda uruguaya, que termina comulgando con los enemigos históricos del pueblo y las grandes mayorías’. Si a esta propuesta le va mal, no solo le va mal a la iniciativa, sino a la acumulación histórica”.
Con las tensiones entre izquierdas –dentro y fuera del Frente Amplio– como telón de fondo, el PIT-CNT, Fucvam, la FEUU, el Partido Comunista y el Partido Socialista afrontan una campaña repleta de resistencias. Lo mismo a la inversa: el MPP o dirigentes como Cosse y Orsi ven cómo sus propios militantes se movilizan en favor de una papeleta a la que ellos se oponen.
Diferencias por el financiamiento
La Mesa Representativa de la central sindical volvió a votar el pasado viernes un esquema de financiamiento para la campaña que deja de manifiesto las dificultades y discrepancias internas. El Secretariado Ejecutivo –a instancias del presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala– presentó en ese ámbito una moción para que cada filial opte entre aportar un dólar y medio por cotizante o poner un mínimo de US$ 3.000.
20240627 Marcelo Abdala. Paro y movilización del Pit-Cnt. Aniversario de la Huelga General de 1973. IG (5).jpg
Foto: Inés Guimaraens
Al igual que ocurrió en noviembre durante la recolección de firmas, la Coordinación de Sindicatos –corriente minoritaria pero principal abanderada del plebiscito– protestó contra ese régimen y propuso una moción alternativa para que cada sindicato tenga que aportar un dólar por afiliado.
“Es el criterio que se utilizó toda la vida. Acá hay cuestiones de orden político. Nadie se puede meter en la billetera de nadie, pero hay compañeros planteando que el plebiscito salió por un margen estrecho y que se les complica para aportar más dinero, o compañeros que dicen que no es el objetivo principal”, reprochó el dirigente del Correo, Juan González.
La discusión de fondo radica en que el sistema consensuado en el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT –aprobado por amplia mayoría en la Mesa Representativa– le da la opción a los sindicatos más grandes a invertir solamente US$ 3 mil, en lugar de los US$ 33 mil que por ejemplo le corresponderían a la Federación Uruguaya para la Salud (FUS) por cantidad de cotizantes, o los más de US$ 50 mil que debería aportar el Sindicato de la Construcción (Sunca) si pusieran un dólar por afiliado.
“La diferencia para los sindicatos más grandes es importante. Eso le quita potencia a la campaña”, acusó González en diálogo con El Observador. La postura de la Asociación de Funcionarios Postales fue acompañada en la Mesa por los gremios de la Coordinación de Sindicatos.
"Extremadamente ajustados"
Dirigentes del Secretariado Ejecutivo, en cambio, defienden que la fórmula consensuada se limitó a multiplicar por uno con cinco la contribución solicitada para la etapa de la recolección de firmas.
“Hay compañeros que ven fantasmas donde no los hay”, dijo a El Observador el dirigente de la FUS, Jorge Bermúdez. “Este tema no es si votaste o no votaste en la Mesa Representativa para que haya plebiscito. La vida sindical no pasa solamente por este plebiscito, hay movilizaciones todo el año (...), actividades nacionales, cursos de formación en todo el país, y eso sostenido por las finanzas centrales del gremio”.
El “Fogata”, dirigente comunista de larga data, señaló: “Está claro que el plebiscito se sostiene con militancia y dinero. Por cómo se resolvió, uno tenía que haber visto que la perspectiva era esa: sin dinero no se hace política. Al no contar con el apoyo de quienes históricamente fueron tus aliados en otros plebiscitos, evidentemente este problema lo ibas a tener. Los sindicatos más chicos tendrían que haber destinado sus direcciones sindicales a hacer campañas para juntar dinero y hacer un colchón para volcarlo a la campaña para el plebiscito. Pero cada uno sabe cómo se maneja. Hay que trabajar para tener los votos en una campaña que va a ser difícil”.
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Jorge "Fogata" Bermúdez, dirigente de la FUS
Leonardo Carreño
Fabio Riverón, referente de otra de las filiales más grandes como lo es la Federación de Empleados de Comercios y Servicios (Fuecys), aseguró que “muchos sindicatos quedaron extremadamente ajustados” en su “situación financiera” tras la campaña del referéndum contra 135 artículos de la LUC. En aquella ocasión, la central terminó recaudando alrededor de medio millón de dólares mediante contribuciones por cotizante.
“No había condiciones para volver a insistir con una cotización por afiliado, hay sindicatos que por ejemplo no han puesto ninguno de los aportes extraordinarios que hacemos todos los años para el acto del 1º de mayo. Nos iba a pasar que muchos sindicatos iban a terminar no poniendo la plata”, agregó Riverón, de la corriente Articulación.
En la central manejan ahora poder asegurar un "piso" de US$ 200 mil, entre los aportes exigidos a cada filial y colaboraciones adicionales que los sindicatos más grandes logren reunir, como ya ocurrió –según transmitieron fuentes sindicales– durante la recolección de firmas con el Sunca, Fenapes, Sutel, la Untmra y otros gremios.
Todavía resta por confirmarse además cuál será la contribución de sectores políticos como el Partido Comunista –a cuyo Comité Central informó hace días Marcelo Abdala–, el Partido Socialista y el Partido por la Victoria del Pueblo.
Por otro lado, los dirigentes conversan por estas horas para sumar otras fuentes de recaudación, desde contactos con “centrales amigas” en el exterior hasta la organización de festivales con entrada, según supo El Observador.
La papeleta
“A partir del 1º de setiembre vamos a iniciar un formato de barriada nacional puerta a puerta para dialogar con la gente. Tenemos un gran objetivo: que no importa el partido político que la persona tenga definido para octubre, sí pueda haber accedido a la papeleta”, explicó a El Observador el secretario de Organización del PIT-CNT, y uno de los principales operadores de la campaña, Enrique Méndez.
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La campaña del plebiscito es impulsada por el PIT-CNT
PIT-CNT
Méndez agregó que están formando una estructura con comisiones departamentales para algunos puntos, regionales para algunas zonas del interior y de Canelones, y municipales para el caso de Montevideo. La comisión Afirmá tus derechos tendrá además un lanzamiento de campaña en el teatro El Galpón el próximo 4 de setiembre.
Las encuestas muestran de antemano un alto nivel de desconocimiento sobre la iniciativa –un 33% no escuchó nada sobre el tema, según Equipos Consultores– o de indecisos –21% que no sabe o no contesta, según Opción–, pero con un 36% que adelanta que está a favor (Equipos) y hasta un 41% que dice que pondría la papeleta (Opción). Mientras la coalición de gobierno se abroquela en contra del plebiscito, ya despuntan los debates sobre el gasto: los impulsores de la papeleta sostienen que equiparar las jubilaciones mínimas sale US$ 460 millones, pero los estudios del Banco del Previsión Social calculan que solo esa medida costará más del doble.
Sin ningún aliado de peso para ensobrar y con todos los candidatos en contra, los impulsores del plebiscito apelan a una improbable victoria popular que, como con el “plebiscito del vintén” en 1952 para impedir la suba del precio del boleto –contra toda prudencia económica y con la clase política en la vereda de enfrente– trascienda en las urnas al mandato de los partidos.