Su plan era empezar el 2017 retirado, llevando una vida más tranquila en el Este de Uruguay. Sin embargo, el pasado 2 de febrero asumió como jefe de seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en uno de los momentos de mayor convulsión, tras la muerte de un hincha de Peñarol a manos de parciales de Nacional en Santa Lucía, la suspensión del clásico del Campeonato Uruguayo Especial debido a los desmanes en la tribuna Ámsterdam, y la puesta en marcha de un decreto con el que se pretende terminar con los violentos en el deporte.
"Por seguridad, el clásico no se debería jugar nunca"
El jefe de seguridad de la AUF considera que las medidas que puedan tomar son "accesorias", y que el foco está en investigar a las bandas deportivas