Se fue el 2020, considerado en casi todos lados como “annus horribilis” por los efectos sanitarios, sociales y económicos de la pandemia desatada en noviembre de 2019 en la provincia de Wuhan, en China y que llegó al resto del mundo a principios de 2020. Se esperaba que durara relativamente poco tiempo. Pero si bien hubo un afloje de los contagios y fallecimientos, tan pronto se levantaron las restricciones de circulación, se generó una segunda ola, tan o más fuerte que la primera.
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