"No me dejes morir", le pidió Bettina a su amiga cuando la escuchó ingresar a la precaria casa en donde su homicida la tenía desnuda, tirada en un sillón, atada de pies y manos y con un trapo en la cabeza. El jueves 29 de junio el fiscal Schubert Velázquez pidió ampliar la formalización del imputado por el femicidio de Bettina, una joven que a fines de 2021 fue asesinada por un cliente –era prostituta– con el que consumía drogas y cuyos restos tiró al Arroyo Pantanoso adentro de una tarrina.
Según recordó Velázquez en la audiencia judicial a cuyo registro accedió El Observador, el motivo del homicidio fue que Bettina le raspó una pipa a Chopo –como apodan al señalado por el crimen– y tomó "una minúscula" cantidad de pasta base.
La China, una amiga de Bettina, sabía que eso había desencadenado una ira desmedida de parte de Chopo y por eso, cuando él la invitó a consumir con él, le pidió que no fuera. Pero ella ignoró la advertencia y fue con él a su casa.
El imputado, según la teoría fiscal, la ató desnuda de pies y manos y le tapó la cara con un trapo. Pidió ayuda a los gritos durante un buen rato y la única que se acercó fue China, quien pudo ver todo lo sucedido por un agujero de la precaria vivienda.
Chopo intentó meter a Bettina viva adentro de la tarrina, pero como no entró, la asfixió y después la desmembró con una pulidora. China le pidió por favor al hombre que no la matara, pero no tuvo éxito.
Por estos motivos fue que el fiscal pidió que se sume a la imputación el agravante de haberse cometido con graves sevicias, es decir, por haberla torturado antes de morir. Inicialmente, Raúl Iglesias –quien comenzó el caso– había pedido que se le computara la brutal ferocidad –que está en el mismo artículo que el agravante que ahora se le imputa– por haber encontrado el cuerpo desmembrado. La solicitud fue aceptada por el juez Gonzalo Arsuaga.
Velázquez pidió también que se le compute la reincidencia e informó que el imputado pasó gran parte de su vida preso, dado que había sido condenado en 1999 por un delito de tentativa de homicidio y en 2002 por un homicidio especial y muy especialmente agravado. En 2007 esas dos penas se unificaron y se lo condenó a una pena única de 30 años de prisión, con descuento del tiempo que ya había pasado preso.
El 3 de diciembre de 2019, el juzgado de Ejecución y Vigilancia de Maldonado de 1 Turno le otorgó la libertad anticipada y por ende salió de prisión el 6 de diciembre de 2021.
Por último, el fiscal Velázquez consiguió que se le compute el delito de autoevasión. El episodio que lo generó ocurrió en marzo de 2022, cuando estando en el carcelaje del juzgado de Bartolomé Mitre, el imputado aprovechó que quedó sin ninguna custodia para intentar fugarse. Saltó por una ventana hacia el exterior del edificio, pero fue atrapado cuando iba por un entrepiso.
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