¿De quién fue la idea que bajara a Tercera?
De los técnicos y yo lo asumí, bajé un día antes y me tocó jugar.
¿Cómo lo tomó?
Yo quiero eso, si no juego en Primera, bajar a Tercera para agarrar más ritmo y afinarme más.
¿Y anímicamente cómo se siente?
Me siento bien. En el primer partido (contra Villa Teresa en Maldonado) el técnico no me citó y me sentí bajoneado, como todo jugador, pero me hablaron y me subió el ánimo.
¿Quién es el que más le habla?
Me hablan los profes porque yo estoy trabajando con ellos y Munúa también me habla siempre.
¿Está haciendo un trabajo especial con los preparadores físicos?
Sí, me quedó después de las prácticas con ellos.
¿Y con nutricionistas?
También tengo y está el doctor Edgardo Barboza con el que hago un trabajo especial y me ayuda mucho en la nutrición también.
¿Cómo está con el peso?
Bajé como cinco kilos desde el final del Apertura y me faltan tres kilos para llegar a mi peso ideal.
¿Cuál es su peso ideal?
83 kilos.
¿Le gusta mucho comer?
No, el tema mio es que engordo enseguida. Me hice estudios y por suerte no tengo nada. Tengo que hacer dieta toda mi vida porque si no engordo siempre.
¿Le cuesta hacer dieta?
No me cuesta, pero es así, yo apenas como algo y enseguida me engorda.
¿Qué opiná de lo que dijo su representante Daniel Fonseca en Sport 890?
No lo leí, me dijeron, capaz que en algunas cosas tiene razón.
¿Habló con usted, lo rezonga?
Sí, pero tranquilo. Me habló muchas veces.
¿Cuál es su idea ahora?
Quiero tener minutos en Tercera y ganarme un lugar en Primera como el año pasado.
Amaral vive los vaivenes lógicos del fútbol profesional. Sus notables condiciones para practicar ese deporte lo pusieron en la mira de todos; subió a Primera, disputó 16 partidos en el semestre anterior (ocho como titular) y ahora bajó a jugar en Tercera. Su representante Daniel Fonseca le dio un tirón de orejas públicamente por el exceso de peso y Amaral, con apenas 18 años, tiene en sus piernas el futuro de su familia y también, ¿por qué no?, el del club.
De entrenar en Primera, con todas las comodidades, pasó a jugar en Tercera y sufrir la desorganización. El partido contra Villa Teresa disputado en el Nasazzi comenzó una hora más tarde de lo previsto porque se demoró en llegar la guardia privada de los árbitros. Los futbolistas hicieron el calentamiento en la cancha con el calor de las cuatro de la tarde, luego se sentaron a la sombra a esperar que empezara el partido y más tarde tuvieron que hacer otra vez el calentamiento.
Con el juego en marcha, Amaral se ubicó en el centro del avance y no de enganche como lo hizo en Primera. No tuvo una gran participación, pero marcó un lindo gol: corrió un pelotazo largo, le ganó de cabeza al golero que salió al borde del área grande, frenó y definió con el arco vacío. Después tuvo otras dos chances que falló. Jugó 60 minutos.
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