Araca la Cana: una vieja murga joven

“Es otra Araca”, afirmó un veterano, emocionado y agradecido, en la platea del Teatro de Verano al observar el espectáculo de Araca la Cana, legendaria murga creada en 1934, en su actuación en la rueda de ajustes del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas.

Araca la Cana actuó a segunda hora, luego de la revista Krisis y previo a la actuación de la murga Falta y Resto y a la de los humoristas Virgilio’s: fue la propuesta más disfrutable en la noche del martes.

El conjunto liderado por José María “Catusa” Silva, tras varios años acumulando presentaciones no del todo agradables, pegó un sacudón, se rejuveneció y es de las mejores expresiones murgueras, tanto que se descuenta su presencia en la Liguilla, tramo del concurso al que accederán las 11 mejores de las 25 que participan.

“El cambio no se podía postergar. Me di cuenta que había que ponerse al día. No me olvidé de lo que pesa la experiencia, de sostener la identidad de Araca que no se pierde, pero le agregamos juventud y un toque moderno”, destacó “Catusa” Silva a El Observador.

El líder de la murga ganadora del primer premio en 1948, 1969 y por última vez en 1997, renovó la lista de componentes y técnicos y, en un detalle no menor, “prestó el lápiz”.

Sin dudas el cambio más notorio fue en la elaboración de los textos. “Catusa” Silva sigue siendo el autor de “las puntas”, es decir, escribió la presentación y la retirada de 2012, pero “el medio” del espectáculo fue obra del grupo artístico que venía comandando a la exitosa murga carolina La Clave.

Martín Sosa (encargado además de la dirección artística), Martín Perrone y Cristian Ibarzábal, entonces, efectuaron un aporte trascendente para el libreto, “pero no me desentendí, estoy en los detalles, trabajamos en equipo”, precisó “Catusa” Silva, quien adelantó que esta jugada es a largo plazo, llegó para quedarse y habrá más, al menos en 2013.

“El lenguaje de la murga cambió en los últimos años, vi que la cosa iba por otro lado y la gente respondía a eso que era nuevo y uno debe adaptarse con humildad, hoy se dicen las cosas y se muestran las cosas de otra forma”, expresó.

Otro cambio valioso en la murga del Paso Molino, cuyo local de ensayos es el club Peturrepe, fue la llegada a la dirección escénica, musical y coral de Andrés Atay, de gran performance, cantando y haciendo cantar.

La propuesta artística, “La tierra prometida”, invita a reflexionar sobre las vicisitudes que se dan en la búsqueda del acceso colectivo o individual a diversas metas. Se trasmite, con eficiencia, que muchas veces se llega a una “tierra prometida” sin disfrutar de la conquista o dejando de gozar cosas valiosas por el mero afán de llegar.

“Por ejemplo, eso pasa cuando uno está a 150 kilómetros de acá firmando un contrato y al mismo tiempo te está naciendo un hijo”, reflexionó “Catusa” Silva.

En el transcurso del espectáculo, 100% recomendable, se involucra en formatos de cuplé a la tierra de los humildes, la de la identidad, la de las comunicaciones y por último a la tierra del libertinaje, con mezcla de humor, crítica y mensaje.

La murga luce muy bien plantada en todo momento, con un gran trabajo de puesta en escena, con una calidad adicional generada por la escenografía (una gigantesca red que al final del show tiene su extensión en las capas de los murguistas) y la iluminación, con un vestuario notable y acorde al tema considerado, sucediendo lo mismo con los sombreros, los accesorios y el maquillaje.

La canción de retirada es encantadora. Tiene como eje temático el de la tierra prometida “de cada uno”. Es, realmente, preciosa. Esto cantan en un estribillo que por largo rato coreó mucha gente en las gradas del Ramón Collazo:

“Se acabo la función…
con la tierra y el mar…
volveremos a andar…
al caer el telón…
una lágrima va…
en Araca la Cana...
que se rinde a tus pies por amor...
esta noche fugaz…”

Lo cierto es que “La bruta” (mote asignado a esta murga creada por canillitas por criticar siempre con dureza y sin contemplaciones a quien sea y lo que sea), es otra, cambió y para bien, dejó atrás años oscuros donde hasta de plagio se la acusó y sin dejar de ser contundente cuando pega (incluso al gobierno), mejoró y da ganas de volver a verla.