Arrestaron al menos 28 periodistas y fotógrafos desde que comenzaron las protestas en Irán

Las manifestaciones encabezadas por mujeres fueron producto de la indignación por la muerte de la kurda Mahsa Amini, de 22 años, luego de que fuera arrestada por la llamada policía de la moralidad de la República Islámica. Amini fue arrestada el 13 de septiembre por presuntamente violar las estrictas reglas de Irán para las mujeres sobre el uso de hiyab y "ropa modesta".

La Asociación de Periodistas de Irán ha pedido reiteradamente la liberación inmediata de todos los periodistas detenidos por informar sobre las protestas.

Pero el poder judicial iraní sostiene que los informes de prensa sobre las protestas podrían provocar más "disturbios" y, por lo tanto, deberían interpretarse como un delito penal. La asociación de periodistas rechazó enérgicamente este argumento y afirmó que los periodistas simplemente estaban haciendo su trabajo.

Entre los detenidos se encuentra Niloufar Hamedi, periodista del periódico reformista Shargh que fue una de las primeras en escribir sobre el caso de Amini. Ha estado recluida en régimen de aislamiento en la prisión de Evin de la capital durante la última semana, según su esposo.

Las autoridades arrestaron este jueves a Elahe Mohammadi, quien había cubierto el funeral de Amini, dijo su abogado.

El CPJ informó también este jueves que fueron arrestados otros tres periodistas, Farshid Ghorbanpour, Aria Jaffari y Mobin Balouch.

Yalda Moaieri, una conocida fotoperiodista, también se encuentra entre los detenidos. Se cree que está en la prisión para mujeres de Gharchak en las afueras de Teherán. "No estamos a salvo aquí, nuestra situación es muy mala", dijo, citada por el sitio web Iran News. Hay otros informes que circulan en el país sobre amenazas a periodistas, incluso telefónicas, por parte de las fuerzas de seguridad.

Los medios en Irán están estrictamente controlados y monitoreados por las autoridades. Los periodistas solo pueden trabajar si cuentan con la aprobación y acreditación oficial del gobierno.

“Suprimir la información es tan importante para el gobierno iraní como suprimir las protestas callejeras”, le dijo a DW Behzad Ahmadinia, periodista iraní residente en Chipre y miembro de la Federación Internacional de Periodistas.

Un flujo libre de información, sobre la corrupción, por ejemplo, es la mayor pesadilla para los líderes iraníes, como lo es para todos los gobiernos no democráticos, afirmó. “Al eliminar las fuentes de información confiables, el gobierno iraní puede publicar noticias mezcladas con mentiras para contrarrestar la solidaridad en la sociedad y el crecimiento de las protestas”.

Farzad Seifi Karan, un periodista iraní que vive en los Países Bajos y que también es miembro de la Federación Internacional de Periodistas, comparte una opinión similar y describe la represión actual contra los periodistas iraníes como un intento de suprimir la cobertura internacional de las protestas antigubernamentales.

Las autoridades iraníes "arrestan arbitrariamente a periodistas, activistas políticos y defensores de los derechos humanos para silenciar cualquier forma de disidencia pública o denuncia y crítica de las violaciones de derechos humanos que están cometiendo”, le dijo Mansoureh Mills, un iraní investigador de Amnistía Internacional, al periódico The Independent.

“Las autoridades iraníes tienen la costumbre de distorsionar la verdad para encubrir sus violaciones de derechos humanos. Tras las protestas de noviembre de 2019, durante las cuales las fuerzas de seguridad mataron a cientos de hombres, mujeres y niños, las autoridades negaron sistemáticamente cualquier responsabilidad”, añadió.

El gobierno iraní arrestó y encarceló al menos a 860 periodistas en las tres décadas entre 1979 y 2009, y unos 50 fueron ejecutados, según documentos filtrados a la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF).

Irán ocupa el puesto 178 de 180 estados en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de RSF, solo por encima de Eritrea y Corea del Norte.