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Así es el búnker antiespías de Uruguay en Rusia
Integrantes de la delegación uruguaya revelaron secretos del búnker celeste en una práctica que dejó ver poco
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18 de junio de 2018 a las 05:00
Llegaron a Rusia desde Estocolmo y Barcelona. Tienen todos la camiseta celeste y están más cerca que nunca de los jugadores de la selección uruguaya. Pero se van a ir con las manos vacías de autógrafos, fotos o abrazos.
Es lo que tiene el Borsky Sport Center, el lugar que Uruguay eligió como lugar de concentración en Rusia.
Una edificación de cinco pisos, cómo supieron marcar los cánones soviéticos, pero con fachada tuneada (en amarillo y verde, el tono brasileño se perdona) en comparación al estructural gris tipo Complejo América que campea por todas las ciudades rusas así como también en las exrepúblicas socialistas soviéticas.
"Es un lugar austero, pero tiene todas las comodidades necesarias para que el jugador se sienta cómodo y enfocado en lo que tiene que hacer", explica a Referí Leonardo Goicoechea, presidente de Danubio y uno de los 56 integrantes de la delegación celeste. A su lado Jorge Casales, presidente de la Mesa Ejecutiva, aporta: "Hay jacuzzi, sala de crioterapia, piscina externa y además de esta cancha hay otra idéntica atrás. No sabés cómo las cuidan todos los días y si se levanta un poco el pasto lo acomodan enseguida con sus rastrillos".
El césped luce espectacular cuando los jugadores saltan al campo de juego a la hora 11.38, una hora y ocho minutos más tarde del horario fijado.
Pasan 15 minutos y la prensa debe retirarse. Un periodista de TV pide un minuto para hacer un copete. Matías Faral, encargado de prensa de Uruguay, le otorga la gracia. Pero atrás llega un seguridad ruso que se lo impide. Afuera.
"Acá el no es no", comenta el neutral Alejandro Balbi. "La seguridad es tremenda, cada vez que salimos de la habitación nos ponen precintos. Hay un respeto absoluto de su gente por la autoridad y además todos con los que hemos tratado son muy atentos y amables".
El sábado 9, cuando desembarcaron en Borsky, los recibieron con carteles de bienvenida, un show de baile con trajes típicos e incluso con bocados tradicionales. Todos los detalles cuidados al más alto nivel.
Eso también lleva a blindar a la selección con un operativo anti terrorista. Para ingresar hay que pasar scanner, detectores de metales y cacheos. Un policía tiene un bloc con hojas cuadriculadas en el que copia, en ruso, el nombre de cada persona que ingresa.
Tanto detalle sacó de las casillas a Óscar Tabárez que en la conferencia de prensa previa al debut dijo que Diego Godín se fue temprano de dicha conferencia por el tiempo que les demandó sortear todos los operativos de seguridad. "Ese día nos tuvieron 25 minutos con el espejo y los detectores de metal por abajo del auto, con perros y hasta le pusieron un precinto a todas las ventanas pidiéndonos que no no las fuéramos a abrir en todo el viaje. No se para qué", comenta Faral.
Pero Borsky está cercado por tejidos con los logos oficiales de Rusia 2018. Una vez afuera es imposible ver nada. Un periodista tienta a su fotógrafo para poder ver la parte importante del entrenamiento: "¿Y si nos subimos a un árbol?" Justito, hacerle una de espías a la seguridad rusa.
