Los viticultores recibirán $ 16,50 por kilo de uva, confirmó a El Observador Ricardo Cabrera, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), quien destacó que como un "hecho histórico" poder comenzar la cosecha, en la vendimia de 2021, con un valor acordado: "Es trascendente, demuestra madurez y crecimiento en el sector”, expresó.
Explicó, respecto al precio, que establece un aumento de $ 3 por kilo respecto al del año pasado, que ese valor corresponde a la uva Merlot, la que se toma como referencia (por estar entre las más y las menos productivas, como ha sucedido en los últimos años).
El nuevo precio se construyó desde el valor del año pasado ($ 13.50 por kilo) "más un doble IPC y un poquito más por un acuerdo entre las distintas gremiales".
“Nuestro propósito es que el Inavi sea un instrumento que apoye y agregue valor al rubro vitivinícola y a toda la sociedad”, reflexionó Cabrera.
El presidente del instituto actualizó, además, que el sector ocupa a 40.000 personas, que hay 164 bodegas inscriptas (de las cuales 36 son enoturísticas) y que son 6.000 las hectáreas dedicadas a la producción de vinos.
Previo a esos anuncios, realizados en el marco de un acto que hubo el miércoles 11 de febrero en el predio donde se construirá la nueva sede del Inavi, Cabrera había destacado que el sector estaba próximo a la que puede ser una segunda vendimia consecutiva con muy buenos resultados.
Al mencionado acto concurrieron, entre otras autoridades, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte; el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado; el ministro de Ambiente, Adrián Peña; y el intendente de Canelones, Yamandú Orsi.
El presidente Lacalle Pou descubrió una placa recordatoria y colocó la piedra fundamental de la obra que se ubica al ingreso de la ciudad de Las Piedras, en Canelones (rutas 5 y 48).
Uriarte, por su parte, destacó la importancia de la construcción de la sede que estaba prevista desde 1987 en la ley de creación del Inavi.
Enfatizó además, el trabajo que realiza la institución para alcanzar el 100% de la georreferenciación de los viñedos que habilitará la trazabilidad de la uva en Uruguay, exigencia considerada muy relevante en el mundo, ya que es uno de los pocos productos que poseen etiqueta con la trazabilidad del producto.
En pos del posicionamiento internacional y la ampliación de los volúmenes de comercialización, “se está en las puertas de una reconversión vitícola para tratar de estar adaptados a las demandas”, agregó.
Con una inversión de US$ 1,5 millones, el Inavi dispondrá de una nueva sede “sostenible e inteligente” que albergará un laboratorio considerado del primer mundo.
La construcción se edificará en un predio de 8.240 m2 y contará con dos plantas que suponen unos 1.600 m2 de construcción.
Allí habrá salas equipadas para capacitación, áreas administrativas, depósitos, bodega experimental, un viñedo que represente el parque varietal del país y un laboratorio con la última tecnología para cumplir con las funciones de manera eficiente.
Cabrera, dijo que las obras de la sede propia “representan el esfuerzo de un sector pujante, dinámico y esforzado que es emblema del país”.
Cabrera, en otro orden, destacó que la venta de vino uruguayo en 2020 registró un incremento del 12% con respecto a 2019.
Recordó que en 2020 el sector vivió una "vendimia histórica" y este año "esperamos que la cosecha, que recién comienza, tenga un comportamiento similar lo que hace que los vinos uruguayos mantengan una calidad excepcional".
En otro orden, en cantidad de litros, las exportaciones de vino uruguayo registraron un incremento de 16,16% con respecto a 2019, actualizó.
También dijo que en 2020 "nos trazamos una hoja de ruta que empezamos a transitar con mucho entusiasmo. En primer lugar, nuestro proyecto insignia que es la construcción de la sede propia de Inavi, que se levantará en un terreno adquirido en el año 2013 en los accesos a Las Piedras (...) un proyecto bandera para dejar a Inavi un valor patrimonial a futuro".
También, expresó Cabrera, "logramos georreferenciar el 100% de los viñedos uruguayos que hoy están disponible a través de un visualizador espacial y estamos trabajando en el proyecto de trazabilidad que nos permitirá identificar de qué planta procede la uva de los vinos que tomamos".
Otro de los grandes desafíos tiene que ver con la reconversión vitícola: "Hoy tenemos 1.800 hectáreas de viñedos que están en decadencia productiva, y con este plan de largo aliento buscamos que la producción esté en consonancia con la realidad de los mercados, para que se produzca lo que demandan los consumidores, en Uruguay y en el mundo".
El "Plan de Producción Integrada", en pleno desarrollo de campo en 800 hectáreas, en el marco de un convenio del Inavi con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea) y la Facultad de Agronomía de la Udelar, fue otro de los emprendimientos que mencionó, al igual que la apuesta a una campaña de consumo responsable "para que nuestros consumidores conozcan que, con un consumo moderado, los beneficios del vino con enormes".
Finalmente, en pos de lograr un "instituto modelo", a través de un sistema de procesos, tecnologías y personas, "vamos a continuar con los planes de capacitación iniciados en 2020 hacia los funcionarios, y los vamos a extender a productores y bodegueros, para seguir avanzando hacia la excelencia".
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