Las precipitaciones que sucedieron con registros muy por encima de lo habitual al inicio de este año, perjudiciales en algunos rubros del sector de los agronegocios, fueron beneficiosas para otros.
Así como hubo afectación en predios con ovinos por la mayor aparición de enfermedades podales, el barro generó problemas en los tambos y se perjudicó al cultivo de soja en las variedades de segunda, por mencionar apenas algunos ejemplos, las intensas lluvias de los primeros 15 días del año fueron muy positivas en el sector forestales en general, pero en particular para especies no tradicionales, como roble y nogal.
Luis López, director del vivero Imperio Verde, puntualizó a El Observador que tras una recorrida por distintos predios en los que instaló montes apreció “prácticamente el doble de nivel de crecimiento y a la vez un excelente enraizamiento puntualmente en los arbolitos que plantamos en invierno y primavera de 2018”.
Añadió que “no se ha tenido que regar nada y eso redujo mucho la inversión por hectárea”.
Imperio Verde, mencionó, mantiene un rol muy activo en lo que respecta a difundir las bondades de ambas especies, muy valoradas en otros mercados, que por diferentes motivos no se conocen mucho aquí, pero con una metodología de trabajo constante en la difusión y el “boca a boca” de los productores sobre sus virtudes productivas y comerciales se han ido expandiendo en distintas zonas del territorio.
López también destacó, sobre un verano “más llovedor” de lo habitual, que hay muy buenas condiciones de suelo, en cuanto a la humedad, para realizar los trabajos tendientes a recibir nuevas plantaciones.
El vivero ya está agendando las visitas personalizadas de productores al vivero, para las clases técnicas, estando previsto colocar en esta zafra una nueva partida de 15.000 plantines entre ambas especies, una producción que se brinda con la carpeta de asesoramiento técnico y personal sin costo alguno para los compradores.
El viverista dijo que hay una mayor presencia en el portafolio de clientes de productores ganaderos que apuestan al silvopastoreo con base en especies innovadoras, de alto valor agregado, pero también de actores externos al sector que tienen accedo a campos y los capitalizan introduciendo montes de robles y/o nogales, que proporcionan sombra y abrigo para que den servicio de pastoreo llegado el momento y, en plazos mayores, madera de calidad de punta, las trufas y nueces de alto valor, entre otros beneficios.
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