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Caso Astesiano: Slivaev dijo ante fiscalía que irregularidades eran cometidas en Rusia
La declaración del ciudadano ruso Alexey Slivaev en fiscalía fue tensa y áspera. Más allá de la limitación del idioma, la fiscal Gabriela Fossati y el imputado Slivaev no parecían entenderse: ninguno de los dos decía lo que el otro quería escuchar. El ciudadano ruso, a quien la fiscalía señaló como el gestor de la banda que conseguía pasaportes irregulares, insistió en que no cometió ningún delito.
De acuerdo a la teoría del caso de la fiscalía, tanto Slivaev con el escribano Álvaro Fernández, se encargaban de falsear relaciones familiares entre ciudadanos rusos y uruguayos, para poder demostrar un parentesco y tener derecho al pasaporte. En esta declaración, Slivaev insistió en que las partidas que él utilizaba para gestionar los trámites venían apostilladas por el consulado uruguayo en Rusia y que él no tenía por qué dudar.
De esa forma, intentó explicar que cuando él recibía el documento, la falsificación ya estaba hecha y el delito ya se había cometido, pero no por él, sino por las personas que hacían el trámite en Rusia. Los delitos que se pueden haber cometido en Rusia no son perseguibles en Uruguay.
Consultado sobre si conocía de esas maniobras, respondió: "No es mi negocio, mi negocio era hacer el trámite". Aunque sospechara que hubiera irregularidades, no estaba obligado a denunciar.
En otro momento, la fiscal Fossati le preguntó si conocía a un excónsul uruguayo en Rusia y Slivaev le indicó que solo de nombre. La fiscalía está indagando sobre el rol que pudieron haber tenido diferentes funcionarios públicos, incluso varios excónsules, de los que solicitó información.
Volverá a repetir la declaración con un traductor
La fiscal volverá a tomarle declaración porque entiende que las dificultades de Slivaev para hablar español complicaron la indagatoria.
Por eso, lo citará nuevamente, esta vez acompañada de un traductor. Tal y como informó El Observador, la ausencia de traductores públicos rusos y la escasez de idóneos ha generado dificultades en la investigación. Principalmente, porque la gran mayoría de los idóneos tradujeron las partidas de nacimiento que luego resultaron ser falsas y se estudia su posible involucramiento en la causa.
Pero en los últimos días, la fiscalía identificó a una traductora idónea que parece no haber participado y de la que tienen una referencia. La fiscalía pretende que sea ella quien acompañe a Slivaev en la indagatoria.
Tiempo atrás, el abogado de Slivaev, Alberto Rojas, había sugerido que fuera una de las hijas del imputado quien oficiara de traductora. Ella nació en Rusia pero se crío en Montevideo. Esto fue tajantemente rechazado por Fossati, dado que no puede corroborar que el mensaje transmitido sea el correcto.
A fines de octubre, la fiscal le transmitió a Rojas que está convencida de que Slivaev habla el español suficiente como para entender lo que se le consulta y hacerse entender. Este ciudadano ruso, señalado por Fossati por captar a los rusos y gestionar la documentación, vive en Uruguay hace casi 15 años.
La idea de que pueda declarar con traductor es cerciorarse que entiende totalmente los mensajes transmitidos y darle todas las garantías. Este jueves, Fossati le tomará declaración al escribano Álvaro Fernández, otro de los imputados en la causa. El martes lo hizo con el excustodio presidencial, Alejandro Astesiano.
El rol de Slivaev
A partir del 2013 el escribano Fernández y el ciudadano ruso Alexey Slivaev comenzaron a trabajar en forma conjunta para conseguirle documentos uruguayos a rusos, utilizando partidas de nacimiento rusas adulteradas.
Slivaev era quien ubicaba a los potenciales clientes y arreglaba los honorarios. En el allanamiento del estudio de Fernández encontraron documentos de rusos que tenían pasaportes adulterados que le daban un poder a Patricia Medina, en algunos a ella sola y en otros junto con Slivaev.
