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Fuerza Aérea quitó beneficios a oficial retirado que denunció ocultamiento en caso de Chaves Sosa

Luego de que El Observador informara de denuncia del militar condenado, le quitaron el auto oficial que lo trasladaba en salidas transitorias y ayuda de alimentos
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22 de noviembre de 2019 a las 05:04

La Fuerza Aérea decidió quitarle el servicio de transporte que le brindaba al coronel retirado Enrique Ribero para que pudiera ir a su hogar los días que tiene salidas transitorias de la cárcel de Domingo Arena.

La decisión de quitarle la locomoción fue tomada por la Fuerza Aérea dos días después de que El Observador informara del contenido de varios documentos presentados por Ribero ante la fiscalía y un Tribunal de Honor de la FAU. En esos documentos, el militar acusa a varios oficiales retirados de la aviación de estar implicados en la muerte y desaparición del dirigente sindical y militante comunista Ubagesner Chaves Sosa, muerto en la base de Boiso Lanza en 1976, y desaparecido hasta que su cuerpo fue localizado en 2005. 

Ribero también acusa a la Fuerza Aérea de estar comprometida en maniobras de ocultamiento de documentos para impedir aclarar el caso.

El coronel retirado está preso desde hace nueve años, condenado en tres instancias por el homicidio de Chaves Sosa. Tiene ocho salidas transitorias al mes. Esos días, un auto de la Fuerza Aérea lo trasladaba por la mañana hasta su domicilio, y al caer la tarde lo regresaba a la cárcel. La aviación militar también lo ayudaba con alimentos. 

En la familia Ribero esas atenciones eran interpretadas como una compensación por estar preso injustamente.

El comandante en jefe de la fuerza, el general del aire Hugo Marenco, negó en junio a El Observador que ese servicio de traslado tuviera otro significado que el de colaborar con el oficial preso.

“La Fuerza Aérea ayuda para que vaya hasta su casa y vuelva. Nada más”, dijo entonces. “Entendemos que alguien lo tiene que proveer de transporte. No es de ahora, lo hacemos desde que está en Domingo Arena. Yo lo heredé eso y lo vamos a seguir haciendo”. En cuanto al envío de alimentos dijo que solo se da “a veces, cuando tiene algún requerimiento puntual”.

Respecto a por qué ahora se decidió no seguir brindándole esa ayuda a Ribero, Marenco dijo a El Observador que no tiene comentarios que realizar.

Ribero tampoco quiso hacer declaraciones.

En el documento que presentó en el Tribunal de Honor de la Fuerza Aérea, que aún no ha fallado, Ribero sostiene que el día siguiente a la muerte de Chaves Sosa escuchó como el entonces teniente segundo Gustavo Urban le dijo al mayor Abelardo Ríos: “Compramos dos bolsas de cal y un litro de ácido, ¿la boleta se la entrego al teniente López?”. Ríos, hoy fallecido, habría respondido: “No, rómpala”.

Ribero cuenta que luego Urban se le acercó y, pensando que ya estaba enterado de lo que había ocurrido la noche anterior con Chaves Sosa, le comentó: “Le puse una piedra de cal en cada mano y otra en la boca. El mayor Ríos nos dio una botella de whisky”.

“Dicho oficial se encontraba muy nervioso, y con una ansiedad muy notoria”, relata Ribero en el escrito.  Y concluye que Urban fue el “responsable del entierro de Ubagesner Chaves”.

Consultado sobre esta acusación, Urban dijo no tener nada que declarar ni conocer esas denuncias.

Para que Ribero fuera condenado jugó un papel central el testimonio de Gerardo Barrios, uno de los prisioneros de Boiso Lanza, quien lo ubica torturando a Chaves Sosa poco antes de su muerte.

Ribero lo niega y alude a una vieja enemistad con Barrios, surgida en el penal de Libertad, cuando se dedicaba a espiar con micrófonos ocultos las conversaciones de los presos.

Según la sentencia del caso, “existe prueba suficiente que acredita sus participaciones en calidad de autor a Ribero”.

Ribero sostiene que se le impidió probar su inocencia cuando en 2010 fue a buscar sus libros de vuelo al Museo Aeronáutico y allí se encontró con que la Fuerza Aérea había recontratado al retirado Urban para que trabajara allí. Y que sus libros de vuelo no estaban.

Ribero no es el primer integrante de la Fuerza Aérea que acusa a Urban: también lo hizo el exsoldado Elicer Perdomo.

En una nota realizada para TNU en agosto de 2007 por la periodista Georgina Mayo, Perdomo acusó a Urban y al oficial Roberto Cáceres de estar implicados la desaparición del cuerpo de un prisionero de Boiso Lanza.

Allí, además de Chaves Sosa, desapareció el tupamaro Arpino Vega, cuyo cuerpo aún no se ha ubicado.

“Dos oficiales de la época en que yo estuve en la Fuerza Aérea, Cáceres y Urban, que eran capitanes en aquel entonces, tienen que saber, algo tienen que saber. Porque yo escuché una vez una conversación de ellos, que habían hecho algún movimiento. Porque el comentario de ellos fue: ‘ahora sí que lo busquen’, y estaban embarrados de la cintura para abajo”, dijo el exsoldado a la periodista.

Perdomo, en diálogo con El Observador, ratificó sus anteriores declaraciones a TNU. “Lo que declaré en 2007 es lo que yo sé. He tratado de averiguar más con mis camaradas, pero nadie habla”
 

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