Es curioso cómo Netflix fue alterando la vida de los televidentes. Se pasó de un día para el otro a prescindir de los controles remotos y a buscar desesperadamente la adquisición de Chromecasts, smart tv y cualquier cosa que sirviera para mantenerse conectado en pantalla grande a la plataforma. Pero también es curioso cómo Netflix incidió en el trabajo de, por ejemplo, el periodismo dedicado a su cobertura. En este caso específico, a la sección de Tendencias de El Observador.
En el génesis de la N que hoy domina el mercado de series, los estrenos eran paulatinos. Se les podía seguir el ritmo, se reseñaba todo, se publicaba cada uno de los avances de sus estrenos. A veces, incluso, se podía acceder a sus episodios de manera previa a su apertura mundial. Pero de golpe eso cambió. La avalancha de nuevos contenidos tapó las intenciones de abarcar todo y pronto hubo que adoptar otra actitud: identificar, basándose en la propia experiencia visual y en recomendaciones de medios extranjeros, a qué se le podía hincar el ojo y, por ende, la letra. Pasó a ser un tema de tirar la mayoría y quedarse con lo que, a un primer vistazo, parecía más atractivo. Y en ese sentido –y en esta configuración post explosión de Netflix– Maniac destacó desde el principio.
La serie, la última gran producción de la plataforma, es atractiva en sus papeles: por quienes están delante y detrás de cámaras, por su temática y por las imágenes que ya se pudieron ver en los trailers. Para cuando esta nota se publique, cada uno podrá decidir si al final las expectativas en torno a ella se cumplieron, dado que estará disponible de manera completa desde el viernes 21 de setiembre. Mientras tanto, estas son algunas razones por las que este equipo considera que se debe pausar todo lo que se esté viendo y dedicarle al tiempo a sus diez episodios.
Maniac es una nueva producción que pone foco en los misterios que todavía despiertan determinados vericuetos de la mente humana. En ella, dos personas perdidas recalan en una clínica psiquiátrica donde prueban un nuevo fármaco que, supuestamente, arreglará sus problemas. No solo no lo hace, sino que abre una puerta a múltiples realidades que ambos pacientes explorarán con múltiples consecuencias.
La actriz recién tiene 29 años, pero ya es una de las caras importantes de la industria estadounidense. Tiene un Oscar, varias películas sobresalientes a sus espaldas y llega a Maniac con la responsabilidad de impulsar su reparto con su calidad y maleabilidad ante las exigencias de cada papel. En la serie, Stone interpreta a Annie Landsberg, una mujer sin dirección que está obsesionada con reparar las relaciones rotas con su madre y hermana, razón por la que termina en la clínica del doctor Mantleray.
El gordito de Supercool es –después de varias comedias escatológicas, películas destacadas y dos nominaciones al Oscar– un actor respetado. Hill (34 años), con varios kilos menos, comparte protagonismo con Stone y promete agregarle varias dosis de comedia negra a la realización.
Las producciones que tienen el sello de Fukunaga, en general, son proyectos que sobresalen. Pasó con True Detective y su magistral primera temporada, con la película Beast of no nation y con el guion de la remake de It. El estreno de Maniac –de la que dirigió todos los capítulos– lo encuentra con la noticia que dirigirá la película número 25 de James Bond.
Maniac puede llegar a ser otro caballito de batalla de Netflix para su guerra personal con la televisión por cable, más precisamente contra HBO, su actual gran contrincante. Como lo fue, en su momento, Mindhunter, Maniac parece ser otro paso de la compañía en su meta por explorar fronteras diferentes de la televisión, dado que en sus primeros años prefirió enfocarse en desarrollar la masividad.
Basada en
Maniac está basada de forma muy vaga en una serie noruega del mismo nombre.
Lo dice The Guardian
“Es desordenada, surrealista, intrigante y conmovedora. Aunque el mayor placer, posiblemente, radica en ver a los dos actores principales pasando el mejor rato de sus ridículamente talentosas vidas”.
Lo dice The New York Times
“Maniac pone la emoción primero, incluso a riesgo de caer en sentimentalismos. Es un cubo de Rubik en forma de corazón, una divertida y sorprendente fábula sobre máquinas rotas que intentan volver a ensamblarse”.
Dentro de la mente
La mente humana y sus misterios es terreno fértil para la ficción desde hace mucho tiempo en el cine y la televisión. Algunos ejemplos del cine son Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, Despertares, Atrapado sin salida o El lado luminoso de la vida. En televisión se han podido ver ejemplos de trastornos mentales en Mr Robot, The Big Bang Theory, Homeland, Girls, Legión y Mindhunter, por ejemplo. Y a esos títulos se suma, ahora, Maniac.
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