La segunda edición del dólar soja en Argentina es un vaso con agua hasta la mitad. La mitad llena es que, en apenas tres días, la exportación liquidó 1 millón de toneladas de los 5 millones que debe vender hasta el 30 de diciembre para garantizar el piso de US$ 3.000 millones.
La mitad vacía es que ese millón de toneladas representa el 40% de las ventas de los primeros tres días del que fue el primer dólar soja. Según estimaciones privadas, el tipo de cambio a 230 pesos argentinos arrimaría entre US$ 3.500 y US$ 4.000 millones en esta ocasión, contra los más de US$ 8.000 millones de la primera ronda.
Existen distintos argumentos para que el gobierno argentino sea optimista respecto del éxito de esta medida. Una fuente oficial mencionó aquellos que condicionarán el ingreso de divisas futuro: por la sequía que ya reduce la cosecha de trigo y condicionará la siembra de soja, maíz y otros cultivos en la próxima campaña, los productores deben hacerse de pesos para pagar gastos y deudas, ante la menor perspectiva de ingresos futuros. Otra fuente oficial, incluso, aventuró que podrían llegar hasta US$ 5.000 millones con la nueva ventana de exportación a precio diferencial.
Los analistas son más prudentes. Nicolás Sesnich, especialista de la consultora FyO, sostuvo que el Gobierno "va a tener que remar" para conseguir los US$ 3.000 millones que garantizaron las cerealeras. "Esta soja (en silobolsas) pensaba no venderse. El que necesitaba pesos, aprovechó el primer dólar soja para hacer todo lo que tenía que hacer. Es cierto que la menor cosecha de trigo puede acelerar ventas, pero las necesidades para maíz serán recién en abril y quizás la gente prefiera esperar a quedarse con los pesos", afirmó.
Según la consultora Equilibra, este nuevo dólar soja podría arrimar hasta US$ 3.800 millones, para elevar la perspectiva del complejo agroexportador todo hasta los us$ 4.600 millones. "Sin la medida, estimábamos un ingreso de divisas de todo el complejo cerealero oleaginoso de US$ 1.900 millones en diciembre", aseveró.
Analytica estimó que, en función de los primeros tres días, las ventas alcanzarían al 85% de la cosecha y podrían rozar los US$ 3.500 millones hasta fines de diciembre.
La consultora MAP proyectó que el agro liquidaría entre US$ 3.000 y US$ 4.000 millones en total, pero fundamentalmente gracias a la soja y sus derivados. "Suponiendo que, luego de las intervenciones en el mercado cambiario, el Banco Central compre de manera neta el 60% de lo liquidado, como sucedió en el esquema de septiembre, podría adquirir entre US$ 1.800 y US$ 2.400 millones para sumar a su stock de reservas", afirmó Juan Pablo Ronderos, socio de MAP.
Las operaciones arrancaron a muy buen ritmo en los dos primeros días y se atemperaron el miércoles, luego de que el ministro de Economía, Sergio Massa, afirmara que llamó a una cerealera para "romper el mercado" y ofrecer más dinero a los productores.
Más allá de la polémica, las cerealeras no trasladaron a los productores el precio pleno de la mejora cambiaria. Antonio Aracre, CEO de Syngenta, aclaró en reportajes radiales que pagó 88.000 pesos argentinos por tonelada por estrategia de la compañía y no por un pedido del ministro. Sus competidores pagaban hasta el miércoles pasado 80.000 pesos argentinos, o 14% más que el viernes. En el medio, el dólar especial subió más de 35%.
Una fuente del sector aseguró que los productores esperan un mejor precio por su soja y que si las cerealeras mejoran las condiciones, la liquidación podría llegar a US$ 4.500 o US$ 5.000 millones. La puja estaría aquí entre los exportadores y los productores, que tienen un mes por delante para esperar mejores valores por su cosecha.
A mayor liquidación de soja y derivados, mayor será la recaudación adicional que entrará por derechos de exportación y, por lo tanto, menores las necesidades de ajuste para cumplir con la meta fiscal de 2022, del 2,5% del PBI.
Según los consultores, el ingreso extra por retenciones rondará entre 0,1% y 0,2% del PBI, aunque su efecto podría "partirse" en dos, entre diciembre y enero. "Terminar el año con un déficit primario de 2,5% del PBI requeriría que las erogaciones se reduzcan 14,1% interanual en términos reales", dijo Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra. "Tomando el escenario base de US$ 3.000 millones de liquidación adicional, que permitiría contabilizar ingresos adicionales por 115.000 millones de pesos argentinos (0,1% del PBI), el ajuste del gasto necesario para cumplir con la meta se reduciría hasta 11,6%", agregó.
Analytica y MAP calcularon ingresos tributarios por 200.000 millones de pesos argentinos, o 0,2% del PBI. Pero Ronderos advirtió que se trata de un adelanto de divisas, a cuenta de los US$ 6.000 o US$ 7.000 millones estimados hasta marzo. Por lo tanto, también se adelantaría su efecto en la recaudación.
El Cronista / RIPE
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