El desembarco de Pablo Picasso al Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) revolucionó las emociones locales. La inauguración de la muestra marcó un hecho sin precedentes. Un museo uruguayo se convirtió de repente en un estadio que desde el 29 de marzo recibe a una diversa multitud día tras día. Cientos de personas agotaron entradas (en días y horarios determinados) en cuestión de horas, otras tantas –que ya la visitaron– compartieron en redes su experiencia y apreciaciones y, varios esperan ansiosos poder ir. Pero entre todos ellos, también están los que sienten que quizás tienen que estar preparados para apreciar la obra de uno de los artistas más importantes del siglo XX.
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