El fotógrafo
James Balog transforma en imágenes la paradoja: los glaciares pueden ser todo un espectáculo visual, pero no son buena señal. Todo lo contrario.
Su nuevo libro disponible en
Amazon a US$ 31,50,
Ice: portraits of vanishing glaciers ("Hielo: retratos de glaciares que se derriten”), se ha convertido en una evidencia más del presente y futuro de este paisaje en extinción.
Es que, el mismo año en que el cinturón que bordea el Ártico se ha derretido hasta alcanzar su nivel más bajo en la historia y los científicos predicen “el gran deshielo” para el próximo verano, Balog se dedica a acercar al mundo las imágenes de los lugares más extremos del mundo, incluidos los glaciares, que
Climate Desk, de la revista Wired, recoge en esta fotogalería.
Según dijo el fotógrafo a Wired, que seleccionó una serie de sus mejores imágenes para la publicación, su trabajo consiste en “acercarse al hielo y experimentar todos sus colores, texturas y formas”. Pero no solo se trata de retratos bonitos: a través del hielo, se puede “tocar y ver y oír el cambio climático”, explicó Balog, que desde 2005 se dedica a capturar en imágenes el hielo de todo el mundo. O lo que queda de él.