Cuando Cristiano Ronaldo llegó desde Portugal a Inglaterra, tuvo un traductor de lujo y quien a su vez, lo ayudó a empezar a hablar inglés, porque hasta ese momento no lo hacía.
Se trataba nada menos que del uruguayo Diego Forlán, con quien compartió su primera temporada en Manchester United.
Lo había visto Alex Ferguson en un torneo de verano con Sporting Lisboa y se había enamorado de su juego. Hizo todo para que llegara y lo consiguió.
A la temporada siguiente, Forlán fue a defender a Villarreal, en el que fue ídolo y llegó a la semifinal de la Liga de Campeones en aquel partido en el que Juan Román Riquelme marró un penal ante Arsenal de Inglaterra que los dejó sin final.
Forlán recordó en la tarde de este viernes a través de su cuenta de Twitter, aquellos viejos tiempos:
Ahora, 12 años después de su partida, Cristiano Ronaldo vuelve al club en el que logró dos títulos de Premier League, una FA Cup, dos Copas de la Liga y dos Community Shield (Supercopa de Inglaterra), la Liga de Campeones y el Mundial de Clubes.
Y hay otro uruguayo en el equipo: Edinson Cavani, quien, además, luce el dorsal que utilizaba Cristiano, el 7.
Aquí se puede ver el momento de la salida de Cavani junto a Cristiano Ronaldo en el partido Uruguay-Portugal:
Seguramente al portugués le sucederá lo mismo que cuando arribó a Real Madrid en el que tuvo que jugar los primeros años con la número 9, ya que el capitán de los merengues, Raúl, jugaba con el 7.
Cavani y Cristiano Ronaldo se conocen de haber sido adversarios en más de una ocasión.
Lo hicieron jugando en Paris Saint-Germain y Real Madrid, respectivamente, por la Liga de Campeones, pero también en el pasado Mundial de Rusia cuando Uruguay derrotó a Portugal 2-1 con dos goles del uruguayo que este viernes agradeció por tener su estrella en el Paseo de los Salteños, como informó Referí.
En aquel encuentro, todos recuerdan que Cavani se lesionó -y se perdió el partido crucial ante Francia que eliminó a los celestes de esa Copa del Mundo- y Cristiano Ronaldo lo ayudó a salir de la cancha. Muchos entendieron que era un acto de deportividad y muchos otros, que el portugués apuraba al uruguayo para que no corriera más el reloj.
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