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De los gestos de Bueno a Waller, jugadores prisioneros de sus palabras
Si había un jugador al que los hinchas de Nacional no toleraban era Carlos Bueno. Se peleó con el Chengue por hacer gestos de alas en un clásico, provocaba a la tribuna y hasta los trató de "amargos" en una declaración.
Cierta vez Carlitos volvió a Uruguay y Peñarol no lo quiso. Entonces declaró que no tenía problemas en ir a Nacional. ¡Para qué! ¡Se armó un revuelo!
Es cuestión de minutos. La velocidad de la comunicación y la ola abrumadora de las redes sociales lo permiten. Basta con que un jugador se ponga la camiseta de un club para que, al poco tiempo, aparezcan fotos del futbolista con la camiseta del eterno rival dejando entrever su pasado.
Mucho más si los jugadores llegan a hablar y declarar su amor por algún equipo. En estas tierras, el fanatismo se vive con dramatismo.
Por estas horas el volante de Plaza Colonia, Facundo Waller, expresó su deseo de vestir la camiseta de Nacional. El pase estaba encaminado hasta que se metió un intermediario a negociar con los tricolores y Plaza dio por cerradas las gestiones. En la voz de sus gerenciadores dijo que no negocia con contratistas y Waller quedó en el medio de la situación.
Ahora no saben cómo hacer para sacar al chiquilín de este problema. Por un lado expresan que fue su empresario el que lo obligó a manifestar su deseo de jugar en los albos, para ejercer presión. Otros aducen que lo hizo porque como fue operado por el médico Leonardo Salvarrey, quien lo acompañó en toda la recuperación de su intervención en la rodilla, quería tenerlo cerca para terminar la recuperación.
El hecho no es nuevo. Hay innumerables casos de futbolistas que manifestaron su amor por una camiseta y quedaron como rehenes de sus palabras.
Luis Romero y las rayas
Luis Alberto Romero es un jugador claramente identificado con el segundo Quinquenio de Peñarol. El Lucho tenía la particularidad de anotar goles en los partidos clásicos.
Y en una de aquellas tantas definiciones, Romero llegó al vestuario luego de un triunfo clásico y declaró sin pelos en la lengua y haciendo referencia a Nacional: "Ven las rayas de la camiseta y tiemblan". Con el tiempo fue incorporado por los tricolores. Y como es habitual en estos casos, hubo muchos hinchas y socios del bolso que no toleraron su incorporación. Sin embargo, con el tiempo, Romero se transformó en un jugador de goles importantes en Nacional y fue bicampeón con los tricolores.
El Pato Sosa y su amor
El Pato Sosa fue otro caso. Una vez no anduvo con vueltas para expresar su amor a Peñarol y en el programa La Oral Deportiva de AM 970 expresó: "Uno ve la situación en que está Peñarol y como hincha quiere jugar para ayudarlo a salir de eso. Yo dije y digo que quiero jugar en Peñarol y no me dejan la posibilidad de hacerlo". Pasaron unos meses y el Pato terminó en Nacional.
"Yo soy así y espero nunca cambiar. Digo las cosas como las siento aunque después me pueda equivocar o tener razón, pero siempre digo lo que siento. Aparte, volvemos a lo que te decía de que te ensucian. Si cuando fui a Nacional también me encajaron la misma, me encajaron cosas que no eran. Cuando me iba Alarcón me vino a saludar y me dijo: 'Demostraste que sos un señor, que a veces te ensucian'. El día que no corra adentro de la cancha que me digan lo que quieran", declaró en Últimas Noticias.
Nacho González: "En Uruguay, solo en Danubio"
Cuando Ignacio "Nacho" González tomó la determinación de jugar en Nacional muchos recordaron su pasado. Como aquella vez que en Jardines anotó un gol contra Peñarol y no lo gritó. Al final del partido, cuando le preguntaron reveló ser hincha del club.
Pero no fue el único inconveniente que vivió Nacho. Los parciales de Danubio también se sintieron doloridos por una frase de Nacho: "En Uruguay solo juego en Danubio". ¡Para qué! Entrar en el Facebook del club permitió comprobar la bronca de los parciales. Por aquel entonces hasta se elevaron voces para quemar una enorme bandera que se desplegaba en Jardines con la imagen de Nacho.
Carlos Bueno: "Si lo hizo mi ídolo Lucho Romero"
Carlitos Bueno es un personaje de películas. Díscolo, irreverente, locuaz, goleador empedernido. A lo largo de su carrera Bueno se caracterizó por los gestos en la cancha. Y en los clásicos era un infierno. Desde festejar goles con la lengua afuera de cara a la hinchada de Nacional hasta tener lío con el Chengue el día que salió aleteando en el festejo. Una vez Charly, luego de ganar un clásico, dijo que los del tradicional rival "son amargos" porque lo insultando durante todo el partido. Pero, con el paso del tiempo, Peñarol se negó a incorporarlo, y Carlitos dijo que no tendría problemas en vestir la de Nacional.
"Si lo hizo mi ídolo el 'Lucho' Romero, ¿no lo voy a hacer yo?", fue la categórica frase con la que Carlos Bueno respondió a Ultimas Noticias. Y redobló la apuesta: "Tengo huevos suficientes para bancar cualquier cosa que pueda pasar. Soy hincha de Peñarol de toda la vida y todo el mundo sabe eso, pero estoy dispuesto a cruzar la vereda y jugaría en Nacional porque si el sueño de los dirigentes de Nacional es tenerme, lo haría".
Bueno agregó: "Esto es bien claro. Es como cuando los novios se pelean. Primero pasan unos días sin hablarse, quizás un mes, pero después al tiempo está todo bien otra vez. Entonces eso no importa porque es algo que pasa en poco tiempo. Además tengo los huevos suficientes para bancar cualquier cosa que pueda pasar".
La metida de pata de Varelita
Otro que vivió una situación particular fue Gustavo Varela. El volante era un joven recién ascendido al plantel principal de Nacional cuando se topó con el presidente de entonces, Ceferino Rodríguez. Y se generó una particular situación que Varelita narró el 7 de diciembre de 1998 a La República: "Hoy soy más bolso que los de la barra de la Ámsterdam. Antes puede ser (que era de Peñarol), pero hoy no, soy sincero como lo fui hace tres años con Ceferino Rodríguez. Cuando recién llegaba a Nacional vino Ceferino como presidente al vestuario a saludar y de repente me preguntó: '¿Usted de qué cuadro es hincha?'. Y yo ingenuamente le contesté, de Peñarol. Me quedó mirando como sorprendido pero era la verdad".
El Manteca recibido por Gesto
Sergio Daniel Martínez había declarado sin complejos su amor incondicional por Peñarol. Pero en la temporada 2000, pasó para la otra vereda. "En su momento cuando yo llegué a Nacional que estaba que sí que no por el tema de mi identificación con Peñarol el cuerpo técnico de Hugo De León me fue llevando de a poco".
Lo que no esperaba el Manteca fue lo que le sucedió apenas traspasó el portón de ingreso a Los Céspedes.
"La primera vez que voy a entrenar a Nacional voy entrando y cuando paso por el chalet de los técnicos sale Gesto y me grita: "Vio que no hay que escupir para arriba". Me quería morir, porque yo había declarado que nunca jugaría en Nacional".
Manteca Martínez jugó dos temporadas en Nacional, en 2000 y 2001, bajo la dirección técnica de Hugo De León y fue bicampeón del Uruguayo. Su carrera quedó reducida a cinco equipos, Defensor Sporting, Peñarol (1991-1992), Boca Juniors, Deportivo La Coruña y Nacional.
