Laura y Reina Bustelo esperaban jubilarse de su trabajo como operarias de la fábrica de sondas para uso médico Teleplex. Hasta que un día del verano de 2018, la multinacional estadounidense decidió cerrar su planta de producción en Uruguay. De un día para el otro, Laura, Reina y otras más de 150 empleadas –la mayoría jefas de hogar– se quedaron sin el trabajo al que le habían dedicado 48 horas a la semana durante entre 10 y 25 años.
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