La producción de soja caerá a la tercera parte de lo obtenido en la zafra pasada, cuando sin contratiempos climáticos ni de otra índole se cosecharon unos tres millones de toneladas.
Este año, en el mejor de los casos y como consecuencia de una sequía que se extendió durante varios meses y persiste, se logrará un volumen de aproximadamente un millón de toneladas del grano oleaginoso, con los consecuentes perjuicios para los involucrados directamente en ese rubro de la agricultura, impactos para muchas empresas y personas vinculadas indirectamente y para la economía nacional.
El anuncio lo realizó Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), este miércoles tras la reunión del gabinete productivo en la Torre Ejecutiva.
Tras señalar que las últimas lluvias generaron “un panorama un poco mejor”, precisó que no hubo mejoras notorias en la zona sur del país ni en el área núcleo de la agricultura (Río Negro, Soriano, Colonia y áreas de San José y Flores).
No obstante, reiteró, el panorama es “más alentador” luego de tres meses con un escenario muy difícil considerando el régimen pluviométrico.
"Se va destrabando la situación", admitió, aunque algo tarde en sistemas productivos agrícolas que en muchos casos pasaron los cultivos a forrajes, por lo tanto se los aprovechará para alimento animal, no como granos para el uso local o la exportación, con la consecuente pérdida de valor.
Mattos señaló como una realidad “un quebranto muy significativo en maíz y muy importante en soja”.
Eso, dijo, responde a la “necesidad” de reponer el volumen de granos maíz y subproductos de molinería utilizados para uso forrajero y de productos para suplementación animal o generación de ración para los animales, para lo cual hay una demanda muy firme y fuerte en todo el territorio.
Ese apoyo, remarcó, de un 3% de ingreso por varios productos importados que cesa de momento, significa una renuncia fiscal del gobierno equivalente a US$ 6 millones a US$ 10 millones y el apoyo durará mientras esté vigente la emergencia agropecuaria (rige de momento hasta el 30 de abril).
La industria nacional no tendrá el aprovisionamiento normal y se acude así a la importación desde Paraguay, Argentina y Brasil y sucederá desde ultramar en caso que surjan oportunidades, con precios convenientes.
En ese sentido, se piensa trabajar también en la exoneración de tasas portuarias, de modo de bajar los costos de introducción al país.
Otro apoyo al que se refirió Mattos es el denominado Plan de Contigencia Alimentaria para microproductores con hasta 30 vacunos y 15 terneros, con cierre de inscripciones el próximo viernes para productores que aspiren al beneficio y organizaciones locales que se ocupen de la logística de entrega.
Habrá, apuntó el jerarca, un llamado a precios para adquirir 3.000 toneladas para ración para terneros para propiciar el destete y priorizar la recuperación del estado corporal de los vientres. También se adquirirán 7.000 toneladas de ración para mantenimiento de animales adultos.
Pese a que llovió y se percibe una incipiente recuperación de las pasturas, para Mattos se viene un “invierno complejo” y por eso otro objetivo trazado es instaurar un “plan de fardos”, que considera la compra de fardos de maíz para abastecer en condiciones ventajosas a productores con menos de 500 hectáreas con problemas de oferta de comida del campo natural, pero también considera aprovechar la paja resultante de la cosecha de arroz, que está en pleno desarrollo.
Mattos, sobre medidas fiscales, admitió que se están estudiando diversos planteos por parte del ministerio de Ganadería y el de Economía y Finanzas, como eventuales créditos fiscales como certificados para otros usos, y también la herramienta de inversiones incrementales.
“Se están evaluando distintas propuestas, la última palabra la tiene Economía que tiene que cuidar las cuentas públicas, hay un esfuerzo importante del gobierno en una batería de más de 30 medidas”, subrayó, batería que será cuantificada más adelante, considerando créditos con subsidios desde el Fondo Agropecuario de Emergencias que registró más de 5.000 anotados y ya más de 2.000 vales tomados; exoneraciones tributarias; descuentos en tarifas como el reciente anuncio de descuentos para el costo de energía eléctrica en el sector lechero; y créditos con subsidios a través de BROU Microfinanzas por más de US$ 30 millones, según estimó Mattos junto al presidente del banco, Salvador Ferrer.
Se trata de ayudas que tienen por objetivo que el sector productivo pueda recuperarse pronto apenas lo climático se normalice y así se recupere el funcionamiento de la economía.
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