Después de 10 años de que le amputaron sus piernas y un brazo, la niña Blanca Filippini logró que la Justicia le diera la razón y condenara a ASSE a resarcirla por un caso de mala praxis del hospital de Salto. Según informó a El Observador, el abogado de la familia, Pablo Perna, la Justicia determinó que "existió responsabilidad médica porque se privó a la niña, que entonces tenía 3 años, de las chances que habría tenido si se hubiera actuado de forma correcta".
En el fallo la jueza amparó parcialmente la demanda y condenó a ASSE a abonar a la niña US$ 24 mil por "daño moral" y otros US$ 91.500 por "daño emergente futuro y al lucro cesante".
Al los padres de Blanca, en tanto, la Justicia determinó que ASSE deberá pagarles por "daño moral" US$ 9.600, mientras que a los hermanos de la niña el monto fijado fue de US$ 4.500 a cada uno (son cinco).
Blanca empezó a consultar en 2009 varias veces en la emergencia del Hospital Salto, los médicos le diagnosticaron una apendicitis. Como la patología había avanzando, la operaron para combatir una peritonitis, aunque el avance de la infección fue generalizado. Permaneció algunas horas en el CTI y los médicos plantearon a los padres que la única chance de salvarle la vida era amputarle las piernas a la altura de las rodillas, el brazo a la altura del codo y dos dedos de su mano izquierda. La familia aceptó.
La niña fue trasladada al Hospital Prereira Rossell en Montevideo donde permaneció muchos meses internada. Desde ese momento la niña se vio sometida a más de 25 cirugías.
Blanca, que hoy tiene 14 años, dijo a El País el 7 de febrero que piensa en "la injusticia" que sufrió y quiere que "se haga justicia" por la "irresponsabilidad medica”, expresó. De todos modos, destacó que logró superar con fortaleza la situación. “Pero no me gustaría tener que soportar todos los años dolores causados por operaciones”, dijo.
La sentencia señala que el periplo que atravesó la familia Filippini causó "un gran dolor en el seno familiar", así como trastornó el "funcionamiento" del hogar, ya que los padres debían viajar frecuentemente a la capital y la hija mayor, de 14 años entonces, dejó el liceo para hacerse cargo de sus hermanos menores.
Además, agrega que "existe culpa" por parte del personal médico, que no empleó "toda la diligencia debida para llegar al diagnóstico exacto".
"No existió en los primeros días de atención, 26, 27 y 28 de marzo de 2009, un diagnóstico adecuado realizado dentro de la lex artis de la profesión médica, permitiendo que la paciente evolucionara sin llegar a un diagnóstico correcto de la enfermedad", dice también la jueza en el dictamen, que concluye que hubo un "actuar negligente" de los médicos, dado que se trataba de un cuadro de "apendicitis", una de las "afecciones abdominales más corrientes e importantes del niño".
También se concluye que los médicos violaron la ordenanza del Ministerio de Salud Pública respecto a la forma en la que se debe dejar constancia de las actuaciones en la historia clínica.
La negligencia provocó que Blanca hoy sea una "niña viva pero mutilada y con alta y muy severa discapacidad e invalidez física, por haber perdido órganos y funciones y estar en permanente riesgo de infecciones por lo cual ha sido tratada en Montevideo".
"Si se la hubiera diagnosticado y tratado correctamente ningún daño se hubiese causado, pero ya que la atención fue deficiente, la apendicitis evolucionó hasta causar un estado de infección generalizada con los resultados antedichos, por lo cual se trata de una demora inexcusable en el diagnóstico correcto y error en el tratamiento", escribió la jueza.
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