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Talvi decidió en solitario salir de la política tras “tormentosa” salida de Cancillería

El economista deja atrás su accidentado paso por la arena partidaria para volver al frente de una “usina de ideas”; transmitió que eso es lo que sabe “hacer bien"
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28 de julio de 2020 a las 05:03

Por Santiago Soravilla y Martín Tocar

La sorpresa es una emoción que surge a partir de un evento inesperado o imprevisto. En su corta carrera política, Ernesto Talvi acostumbró a ese estado de ánimo tanto a dirigentes de Ciudadanos como a la ciudadanía toda con decisiones que a veces se atribuyeron a su calidad de “outsider” y en otras simplemente a su peculiar carácter.

Este domingo, nueve meses después de que 300 mil uruguayos lo votaran como presidente, casi cinco meses después de haber asumido como canciller y menos de un mes después de haber dejado el cargo para asumir un mayor protagonismo político, Talvi soltó una última sorpresa y anunció que dejaba la política de forma definitiva.

Lo hizo sin comunicarse con el presidente Luis Lacalle Pou y a través de una carta que envió por WhatsApp al centenar de dirigentes de Ciudadanos, el sector que fundó en 2018 dentro del Partido Colorado. Horas antes había mantenido, al menos, dos videollamadas: una con el presidente del Codicen, Robert Silva (su compañero de fórmula en octubre), y otra con el diputado Ope Pasquet. A ambos les dijo lo mismo, que era una decisión tomada sobre la que no había vuelta atrás y que los llamaba para notificarlos antes de divulgar la carta, cuyos detalles de redacción final había estado ajustando esa tarde en la sede de Ciudadanos con Adrián Peña, el principal operador político del sector.

Peña se había enterado de la decisión el viernes, en una reunión mano a mano en la que el economista le dijo que durante las semanas en que se llamó a reflexión había llegado a la conclusión de que –en criollo– “no servía para esto”. El legislador, futuro ministro de Ambiente, le planteó que se tomara un tiempo más para pensarlo, al menos hasta que pasaran las elecciones municipales o terminara el año, pero Talvi se mostró “seguro” y “convencido”. 

El economista manifestó que le había dado muchas vueltas en su cabeza y que siempre llegaba a la misma conclusión: que su etapa en la política había llegado a un fin, que no veía forma de recomponer los puentes cortados (con Lacalle Pou y con el secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, para empezar) y que no lograría nunca “adaptarse” a las reglas de juego, y no porque "el sistema" estuviera mal o corrompido.

“No sirvo para esto”, le dijo a su interlocutor. En la carta difundida dos días después, escribió que lo había pensado “con el apoyo” de su familia y que era “una decisión de vida”. Las razones las sintetizó en cuatro palabras: “No es lo mío”.

Antes de esa instancia, Talvi ya había compartido esa posibilidad con su círculo de personas de más extrema confianza, esas que trajo consigo desde Ceres, que lo acompañaron en la campaña, en la Cancillería y ahora estarán a su lado en la sede de Ciudadanos, desde donde –si no vuelve a sorprender– encabezará la usina de ideas del sector.

Sorpresa no “total”

Acostumbrados al desconcierto y a esperar cualquier decisión por parte de su líder, la primera reacción que exhibieron los dirigentes de Ciudadanos –como casi todo el sistema político y la ciudadanía– fue de sorpresa, pero no una “sorpresa total”. 

Ya en días anteriores varios integrantes del sector habían visto a Talvi en una actitud “serena” y “reflexiva”, que a algunos despertó la sospecha de que podía estar delineando una decisión de ese calibre. “Si bien estaba en el terreno de las posibilidades, no era –según creíamos– la que tenía mayor probabilidad”, dijo Peña este lunes en conferencia de prensa, tras una reunión de la bancada de Ciudadanos en el Parlamento.

Según cuentan quienes lo conocen –y lo describen unánimemente como alguien muy orgulloso y perfeccionista– esa sensación de extrañeza ganó fuerza en Talvi luego de la “tormentosa” salida de Cancillería. En Ciudadanos ven todo ese episodio –en el que Talvi acusó una “operación enchastre”– como un “punto de quiebre” que consolidó en el economista la noción de ser “sapo de otro pozo” y la idea de dejar todo atrás. 

El miércoles 1° de julio, cuando renunció a la Cancillería en medio de la cumbre del Mercosur, Talvi se despidió de su gabinete con la lectura de un fragmento de El Pez en el Agua, el libro autobiográfico en el que el nobel peruano Mario Vargas Llosa relata su corta pero intensa carrera política. “Para un académico la vieja política es un ejercicio insalubre”, dijo ese día el líder colorado, en un primer esbozo de su desencanto con el mundo en el que había desembarcado.

En algunas conversaciones posteriores, Talvi planteó que era consciente de que había cometido errores gruesos en su corta carrera política pero que no se veía cambiando su proceder. En su entorno le habían sugerido que no le diera la secretaría general a Julio María Sanguinetti, pero lo terminó haciendo. También le habían recomendado no asumir como canciller, pero terminó aceptando el cargo. En los últimos meses lo intentaron convencer de que no dejara ese puesto, como terminó sucediendo. 

La lista de errores políticos –según identifican en su círculo– abarca también los sucesivos encontronazos con Lacalle, su “falta de cintura” para reconciliarse con Sanguinetti y el timing de una serie decisiones que en Ciudadanos siguen viendo como “apresuradas” o “intempestivas”. 

Pese a que muchos dirigentes del sector creían que su alejamiento del gabinete no era la mejor opción, incluso le habían dado una carta de crédito a su líder, con la confianza de que su “nuevo rol” le podría dar nuevos aires a la agrupación y enfocar a Talvi en la conducción partidaria. Pero las primeras señales tampoco fueron positivas. Fuentes de Ciudadanos dijeron que por ejemplo Talvi planteó que no estaba dispuesto a recorrer el país junto a dirigentes locales de su sector, algo que le reclamaban sus correligionarios durante su gestión como ministro.

“Lo que sé hacer bien”

Apenas se embarcó en política, Talvi repetía que “adoraba” su vida académica y que si la había dejado no era “para ser testimonial”.

Tiempo después, luego de su accidentado paso por la arena política y tras reconocer que “sobreestimó” su “capacidad” de adaptarse “del quehacer académico al quehacer político”, Talvi tomó la decisión de seguir vinculado a Ciudadanos pero desde el terreno de las ideas. 

“Es lo que sé hacer y lo sé hacer bien”, les dijo a quienes comunicó la noticia horas antes de hacerlo público. Su intención es coordinar la Fundación Ciudadanos, una especie de think tank que tendrá a su disposición técnicos y académicos al servicio de propuestas que luego serán ejecutadas por los políticos del sector. 

La tarea será similar a la que ejercía en el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), aunque con un nexo partidario. 

Para Pasquet, uno de los principales dirigentes de Ciudadanos, Talvi puede “aportar mucho” desde ese lugar. “Nunca logramos armar algo que funcione más allá de la elección próxima. Nunca hemos tenido un centro de estudios, de elaboración de propuestas, y si logra armar algo así le prestará un inmenso servicio al partido”, comentó a El Observador. 

Pero más allá del rol que seguirá ocupando el excanciller, en Ciudadanos ya se enfrentan a la interrogante de cómo será el liderazgo del sector a partir del alejamiento de su principal figura. 

Este lunes por la tarde, los legisladores acordaron realizar una reunión de todos los referentes del país el próximo 8 de agosto para elegir las “autoridades orgánicas” y diagramar una hoja de ruta de cara al porvenir, en particular con las elecciones departamentales a la vuelta de la esquina. 

También definieron que hasta que se instalen esas “autoridades orgánicas”, será Adrián Peña quien oficie como coordinador político del sector, una tarea que ya recaía en el senador, nexo tanto con Sanguinetti como con Lacalle Pou. 

Además de liderar Ciudadanos, Peña tiene a su cargo la creación del ministerio de Ambiente, un puesto que dudó en aceptar y que algunos en la agrupación consideran que quizás habría rechazado en caso de haber conocido antes la decisión de Talvi. “Lo contrafáctico es difícil”, dijo Peña este lunes en conferencia de prensa ahuyentando a cualquier especulación.

En Ciudadanos, más allá de las turbulencias, están confiados en el futuro de la agrupación. Sus dirigentes resaltan la “afinidad” construida en este tiempo, y aspiran a que el “proyecto colectivo” permita sortear la crisis de su principal individualidad. “La primera coordenada es institucionalizar al sector y elegir autoridades. Tenemos cuatro años por delante para trabajar y que asomen perfiles, alas y candidaturas”, dijo Pasquet, y añadió que “lo fundamental es mantener la unidad”. 

Peña se comunicó en la noche de este domingo con Sanguinetti, a quien Talvi dejó de atenderle el teléfono en febrero y que otra vez eligió la diplomacia para referirse a las decisiones del economista. El expresidente destacó su “contribución a la vida cívica en los últimos dos años” y se atuvo a la escueta declaración del Comité Ejecutivo Nacional, que horas antes había expresado “su pesar” por el alejamiento de Talvi. 

Como otros referentes de la coalición, Sanguinetti resaltó que los vaivenes del excandidato colorado no afectan el andamiaje del gobierno y procuró despejar dudas sobre el respeto del partido al Compromiso por el país firmado en noviembre por Talvi. "La coalición está asentada en un compromiso que quienes firmaron lo hicieron en representación de los partidos. Somos los partidos los que estamos en ello”, aseguró Sanguinetti.

Otros dirigentes de su sector Batllistas optaron en cambio por declaraciones menos contemplativas del desempeño de Talvi en política. El senador Tabaré Viera, por ejemplo, lo comparó con “modas” como el twist o el swing. “En todas las disciplinas siempre hubo modas. En la música recuerdo el twist, el swing y otros ritmos que fueron furor en su época y desaparecieron como el viento”, escribió en su cuenta de Twitter. “Los que perduraron siempre fueron los clásicos. Un clásico no es viejo ni nuevo, no pasa de moda, es permanente, es calidad”, agregó. 

Desirée Pagliarini, la joven diputada suplente de Ope Pasquet le respondió que “hay modas que se vuelven clásicos”. “Por suerte somos más complejos que géneros de música”.

Talvi, en medio de la tormenta, optó por el silencio absoluto. Ni siquiera posteó su carta en redes sociales y hasta este lunes por la noche se limitó a darle “me gusta” a seis mensajes en Twitter que le agradecían todo lo hecho en estos meses. 

Por la tarde, minutos después de que la bancada de Ciudadanos anunciara su nuevo rumbo, el excanciller llegó hasta el gimnasio Sinergia Life bolso en mano y vestido de ropa deportiva. Hizo la fila para ingresar a una clase de gimnasia pero a pocos minutos de comenzar, y tras enviar unos audios por WhatsApp, se paró y se fue.

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