Al Frente amplio se lo disputan los comunistas y los tupamaros. Ese concepto reduccionista, dicho así o con palabras más leves dependiendo del emisor, se ha convertido en uno de los principales argumentos de la coalición gobernante para tratar de convencer a los votantes de que estamos ante la versión más radicalizada de la izquierda.
Lo que dicen blancos, colorados, cabildantes e independientes se basa en las encuestas de opinión que muestran una polarización en la interna del Frente Amplio entre Yamandú Orsi, quien es apoyado mayormente por el Movimiento de Participación Popular (MPP), y Carolina Cosse, respaldada por el Partido Comunista y el Partido Socialista.
La “moderación” de la corriente impulsada por Danilo Astori ha ido perdiendo peso en la izquierda, situación que se profundizó con la muerte del exministro de Economía y exvicepresidente.
Quien ha levantado la bandera del astorismo es Mario Bergara, un hombre que ocupó la titularidad del ministerio de Economía y del Banco Central durante los gobiernos frenteamplistas y que aspira a la representación del FA en octubre.
Desde el liderazgo de su Fuerza Renovadora, Bergara fue crítico con asuntos sobre los que otros dirigentes de la izquierda guardaron silencio como ciertos paros intespestivos de los profesores de secundaria o la designación a dedo de la cuñada del intendente de Salto Andrés Lima. También fue duro con la propuesta de tumbar la reforma jubilatoria a través de un plebiscito
Pero las encuestas no le han sido favorables. Por ejemplo, en el último sondeo de Cifra de febrero pasado Orsi tiene un 47% de intención de voto, Cosse un 38%, Bergara un 5% y Lima un 3%. Desde la coalición gobernante no dejan pasar el significado de estos guarismos.
“De los dos principales candidatos del Frente Amplio, a uno lo apoya el MPP y a la otra candidata la apoya el Partido Comunista. Antes había como una opción más de centro”, ha dicho el precandidato nacionalista Alvaro Delgado.
Este lunes, se conoció que Bergara perdió la adhesión de los sectores Plataforma y Magnolia, quienes junto a Asamblea Uruguay y Fuerza Renovadora apuntalaban al exministro. Los desertores se fueron con Orsi.
El hecho ya está siendo utilizado por el oficialismo para reafirmar la idea del Frente Amplio radicalizado.
“El Frente cada días más Angosto”, tuiteó el senador blanco Sebastián Da Silva.
“Empezó la corrida”, dijo un operador colorado a El Observador señalando que Orsi y Cosse absorberán a los dirigentes intermedios que ya se dieron cuenta de que las precandidaturas de Bergara y del intendente de Salto, Andrés Lima, no levantan vuelo.
Fuentes del FA dijeron a El Observador que Bergara persistirá en su postulación pese a las deserciones.
Pero a los adversarios de la izquierda, esos que le endilgan pujos radicales a Orsi y a Cosse, este abandono de dirigentes del polo moderado –por escasos que sean- los reafirma en su discurso sobre “el peor Frente Amplio”, e insistirán en junio, octubre y, si acaso, en noviembre con la misma letanía.