De nada sirvió otra primera vuelta magistral donde saltó de quinto a segundo en tres curvas y en la cuarta fue por el primer lugar. El auto (Belardi) no estuvo a la altura de las condiciones del piloto.
Casi que enseguida ya se dio cuenta que sus rivales lo pasaban como querían y sostuvo hasta la última vuelta un sexto lugar que valía oro para un auto que era dos segundos por vuelta más lento que los otros 12 que estaban en pista.
Pero a la mala puesta a punto del equipo se sumó la mala suerte. Esa puesta a punto desastrosa calentó de más los neumáticos traseros y uno de ellos estalló faltando tres curvas para ver la bandera a cuadros.
En tres ruedas, Santiago Urrutia llegó a la meta y finalizó 11º.
A la luz de los hechos y ante un campeonato que se esfuma, solo queda ver la jerarquía conductiva de Santiago Urrutia desperdiciada a bordo de la tortuga que le prepara Belardi.
En la clasificación general, Urrutia pasó de séptimo a octavo. Todavía quedan siete carreras.