Ancap y el sindicato de trabajadores del ente estatal (Fancap) volvieron a chocar, esta vez por el horno comprado en 2012 que costó más de 40 millones de euros y nunca fue instalado.
La discusión volvió con un cruce entre el presidente, Luis Lacalle Pou, y el presidente de Fancap, Gerardo Rodríguez, en la inauguración de la UTEC en Minas. Rodríguez le pidió "apelar a la inversión pública" a Lacalle frente a las cámaras, quien tras varias interrupciones del sindicalista al intentar responder, le señaló que la producción de portland está "dando déficit hace años. Dejaron pudrir un horno. Nunca te vi levantar la voz. Nunca hablaste”.
Rodríguez dijo a Desayunos Informales (Canal 12) que el horno "no está podrido". En conversación con El Observador, ratificó sus dichos, y sostuvo que según una auditoría de diciembre de 2020 realizada a los contenedores que conforman al artefacto, se comprobó que no estaba "en estado de descomposición".
Este miércoles Fancap se reunirá en consejo federal, con el fin de publicar una declaración genérica en la que "van a pedir las pruebas" sobre el estado del horno a Lacalle Pou. "El presidente no está diciendo la verdad", aseguró Rodríguez.
Sin embargo, el vicepresidente de Ancap, Diego Durand, visitó hace poco las instalaciones donde se encuentra el horno, y respaldó las declaraciones del presidente: según una auditoría que la nueva gestión de Ancap pidió en 2020, y a un acta de constatación para conocer el número de contenedores disponibles en el lugar, el vicepresidente confirmó a El Observador que hay varios materiales "en estado de descomposición". Según los cálculos que maneja Ancap, instalar en este momento el horno costaría 100 millones de dólares.
"El horno está en las condiciones que lo dejó la administración anterior, que nunca lo instaló", expresó Durand, y agregó que en la zona donde la compra se encuentra abandonada hay "90 contenedores abiertos", con contenido "podrido" en varias ocasiones, derruidos en otras, por estar a la intemperie. También hay "contenedores que no sabemos lo que hay adentro", porque continúan cerrados con un precinto.
El Observador pudo acceder a una parte del informe, que sostiene que "hay varios contenedores con techos de lona, algunos de ellos con la misma rota, donde los equipos quedaron expuestos a las inclemencias del tiempo".
El directivo del ente estatal explicó que algunos materiales fueron usados en otras partes, pero el general de los insumos "por suerte servirá para chatarra", en especial el material electrónico, que se encuentra en una "situación de desventaja", no solo por estar al aire libre, sino también por los años y el cambio de tecnología que implican.
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