Nicolás Freitas hizo pesar su experiencia
El juego aéreo complicó a Peñarol por momentos
La bronca del final
La bronca del final
Jaguares campeón
Nicolás Freitas hizo pesar su experiencia
Tomás Inciarte, una máquina de tacklear
El capitán Andrés Vilaseca redondeó un buen torneo
El capitán Andrés Vilaseca redondeó un buen torneo
El capitán Andrés Vilaseca redondeó un buen torneo
Facundo Gattas y Baltazar Amaya
La defensa, de lo mejor del torneo
El scrum rindió bien en ataque

Rugby > AMERICANA

El equipo maduró pero falta recambio en puestos clave: lo bueno y lo malo del proyecto Peñarol Rugby

La final mostró lo mejor de Peñarol Rugby, con un equipo crecido respecto al debut; pensando en Los Teros aparecieron caras nuevas pero en algunos puestos falta recambio
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17 de mayo de 2021 a las 15:32

Si uno se ponía a pensar la semana pasada cuál era la evaluación de Peñarol Rugby en la primera Superliga Americana, la respuesta era difícil. Sí, había llegado a la final. Sí había ganado el duelo ante Selknam, el gran rival. Pero había también unos cuantos no. El juego no había sido bueno, el volumen de juego al que nos tienen acostumbrados Los Teros no había aparecido, Jaguares había estado muy lejos y Selknam le había pasado por encima en el partido de la segunda rueda. 

Es cierto que la imagen había cambiado entre el último partido de la primera fase ante Jaguares y la semifinal ante Selknam, pero daba la sensación que el balance final de la actuación en el torneo quedaría escrito en base a lo que Peñarol hiciera en la final.

Y más allá de que perdió 36-28 con Jaguares, que se proclamó campeón, la actuación en la final le permitió salvar con buena nota el torneo. ¿Medir dos meses de torneo como buenos por una final que se perdió?, dirá alguno, y puede tener razón. El tema es que ese partido, el más importante, mostró a un equipo  crecido respecto al arranque, consciente de sus limitaciones, de sus fortalezas y las del rival. Y ante todo, que tuvo madurez, sacrificio, capacidad de sobreponerse a los golpes. Todo lo que necesita la base de este plantel para cuando cambie de camiseta y se ponga la celeste de Los Teros. Qué en definitiva ése era el objetivo principal de este torneo.

 

“Este equipo se siente cómodo defendiendo y aprovechando sus oportunidades”, le había dicho a El Observador el capitán Andrés Vilaseca. Eso mostró Peñarol en la final, disminuyendo a los argentinos a una pálida versión de lo que mostraron en todo el torneo.

Qué virtudes tuvo Peñarol

Le sacó ritmo a Jaguares. La gran virtud de los argentinos había estado, durante toda la SLAR, en imponer una velocidad de juego imposible de replicar para los rivales. Ante eso Peñarol respondió con un enorme esfuerzo de tackle y reposicionamiento en toda la cancha, que le enlenteció pelotas al rival y le impidió, durante grandes lapsos del partido, crear esa inercia que le permite abrir los partidos. Ardao, Inciarte, Civetta fueron algunos de los hombres que se multiplicaron en toda la cancha con tackles. Y además, el equipo volvió a ser muy disciplinado.

Tomás Inciarte, una máquina de tacklear

Tuvo la pelota. “Si nos defendemos 80 minutos no nos va a ir bien”, también había dicho Vilaseca. Peñarol necesitaba tener la pelota, y lo hizo. Fue bastante más seguro en el line -aunque perdió algunas importantes-, obtuvo desde el scrum y cuidó sus posesiones. No apostó al vértigo y sí a la seguridad. No tuvo tanto resultado en el score -3 puntos en el primer tiempo- pero eso hizo que el rival no lastimara con posesión.

Usó bien el pie. Los kicks fueron al fondo o afuera, pero no le dieron a Jaguares muchas herramientas para contragolpear de gran manera. Eso sí: cuando lo hicieron, dañaron.

Se repuso de los errores: Para ganar Peñarol necesitaba hacer el partido perfecto. No lo hizo, y por eso su historia fue siempre la de remar de atrás.  
En el primer tiempo, tras 30 minutos extremadamente cerrados, fueron un par de tackles fallados para que Jaguares agarrara inercia y llegara al primer try para el 5-3, y minutos después, en una salida en 22 yardas propias con pelota en donde no se pateó, un gran tackle de Juan Pabloo Castro a Vilaseca, pelota perdida y try de contra de Jaguares para poner un 12-3 que no se condecía con el trámite. En el segundo un par de malos kicks, fallas de tackles y espacios por afuera para 2 tries que parecían liquidar todo con el 22-6. 

Pero de todas se recuperó. En el arranque del segundo tiempo con un polémico try anulado a Echeverría por doble movimiento, que le sacó a Peñarol un momentum clave, que le hubiese permitido ponerse 12-10 con 38 minutos por jugar, para tirarle toda la presión al rival. 

 

Incluso después del golpe de los dos tries argentinos tras ese try anulado, Peñarol salió a quemar las naves, y jugando con los backs, como nunca en todo el torneo, consiguió dos tries para volver a ponerse a solo dos puntos, 22-20. Pero un knock on en campo propio trajo una serie de scrums que Jaguares aprovechó bien, mostrando superioridad con varios penales, para terminar de cerrarlo con el 29-20. Así y todo siguió luchando Peñarol hasta la última pelota con un penal de Roger y un try de maul en la última, para el 36-28 final.

Que queda

Lo han aclarado más de una vez: Peñarol no es Los Teros. Pero gran parte del plantel de Los Teros en la eliminatoria habrá pasado por la SLAR con la camiseta de Peñarol. Tendrán el refuerzo de los jugadores del exterior (está previsto que vengan todos) que harán que el equipo suba un escalón, pero la SLAR era un paso fundamental para “barnizar” de experiencia internacional a muchos jugadores jóvenes, y mantener en rodaje profesional a los más experientes. 

Facundo Gattas y Baltazar Amaya

En ese sentido, Peñarol sale más fuerte de lo que empezó, y con eso sus jugadores. Sale un equipo más maduro, que sufrió golpes, que tuvo que encontrar su identidad mientras jugaba cada 5 días y mientras eludía a la pandemia en medio de una burbuja total. Sale un equipo sacrificado, que no tiene problema en arremangarse y defender, algo que ya lo habíamos visto cuando enfrentaba a rivales superiores pero no tanto al jugar contra equipos parejos o más débiles. De alguna manera, el libro de juego de Uruguay es un poco más amplio después de esta SLAR.

Las interrogantes

Claro, ahora habrá que ver cómo se amoldan las piezas, algo que hasta ahora a Los Teros le había pasado poco: su gran fortaleza era el trabajo juntos, que hacía que el todo fuera más que la suma de las partes. Eso lo intentó la URU, pero el mercado y la pandemia lo impidieron y muchos jugadores se fueron al exterior. Y ese modelo es el que tiene el Chile de Pablo Lemoine, que en muchos aspectos es un impresionante espejo de Los Teros 2012-2015. A no equivocarse: aunque no agregue tanto poderío respecto a la SLAR (el medioscrum Torrealba y el segunda línea Bursic, ambos en EEUU) Chile será un durísimo rival en la Eliminatoria, como hace mucho tiempo no pasaba. Y sabe cómo jugar y hacerle daño a Los Teros.

Renovación

En algunos puestos se afianzaron muchos jovenes: Felipe Aliaga se ganó su lugar y fue pieza clave en la segunda línea. Dos Santos, Deus y Chamyan también se convirtieron en opciones importantes en la segunda y tercera línea; Iruleguy, Amaya, Arcos Pérez o Alonso aportaron opciones en el juego de backs. En otros, como la primera línea, se probó varias opciones como Perillo, Péculo o Ezequiel Ramos, pero se sabe que son puestos que llevan tiempo de formación. En la segunda línea, una lesión dejó a JuanJuan Garese sin un momento vital para darle salto de experiencia necesario para Los Teros.

En otros puestos, en cambio, faltó rotación y se agregaron varios signos de pregunta, lo que es más preocupante teniendo en cuenta que son parte de la columna vertebral: el 8, 9 y 10. Como octavo jugó casi siempre el argentino Conrado Roura (lo sustituyó Civetta, bien), con despliegue ofensivo y defensivo, una pieza clave que no tendrán Los Teros, aunque las opciones ahí son buenas: un Manuel Diana que brilla en Toronto Arrows, Alejandro Nieto recuperándose de su lesión de rodilla y Diego Magno, que está jugando en gran nivel en Houston Sabercats.

En el puesto de medioscrum el también argentino Manuel Nogués también fue titular en la mayoría de los partidos, y allí las opciones fueron Tomás Inciarte (muy sólido como segundo centro) y Santiago Álvarez, que ganó minutos interesantes. Ese puesto está bien cubierto por los de afuera con Santiago Arata (Castres) y Agustín Ormaechea (Niza), aunque hubiese sido interesante ver más opciones (el mayor proyecto ahí era Ignacio Rodríguez pero por ahora se bajó del sistema).

Pero lo más complicado es el de apertura. Martín Roger fue un arma fundamental, pero es argentino y no estará en Los Teros. La lesión de Felipe Etcheverry antes de empezar el torneo dejó al equipo casi sin opciones allí, al punto que hubo que improvisar a Rodrigo Silva y hasta a Andrés Vilaseca. Con Juan Manuel Cat fuera del sistema, si no está Etcheverry las opciones para sustituir a Felipe Berchesi (Dax) son pocas.

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