Llamado a ser un instrumento para dar capital a los trabajadores, un medio por el cual se procura la conservación de empresas emblemáticas y de sus puestos de trabajo, el Fondo de Desarrollo (Fondes) sorteó el primer año con el “rescate” de cuatro emprendimientos, con las casi concreciones de otras dos iniciativas y con varias en estudio, como la cooperativa para la creación de una aerolínea local tras la quiebra de Pluna. El tiempo dirá si estas compañías gestionadas por los trabajadores son más efectivas que cuando se trataba de un emprendimiento privado.
El Fondes nació por decreto a fines de 2011 con la intención de brindar asistencia financiera a “proyectos productivos” y “sustentables” que se ajustaran a los “lineamientos estratégicos” del Poder Ejecutivo, como afirma su página web. Al cabo de una temporada en funcionamiento ha proveído préstamos por casi US$ 9,7 millones.
El primer año se apuntó a ayudar a empresas con peso histórico, como la Asociación Productores Lecheros de San José, Funsa, Envidrio (ex Cristalerías del Uruguay) y Uruven (ex Curtiembres del Uruguay) –las cuatro compañías que ya trabajan con los préstamos–, y Metzen & Sena y Paylana –que se llamará Tessamérica– que tienen todo arreglado y están a la espera del visto bueno de la Comisión Nacional de Desarrollo (CND), encargada de decidir la transferencia de dinero. “El año pasado se priorizó políticamente los emprendimientos con historia y que tuvieron un significado en la inserción social, como las empresas de Empalme Olmos (Metzen & Sena) y Paysandú (Paysandú)”, dijo a El Observador, Pedro Buonomo, presidente del Fondes.
Ahora, la propuesta es abrir el abanico y que arriben sobre la mesa del Fondes propuestas más diversas, agregó el jerarca. Buonomo señaló que cuentan con el apoyo del PIT-CNT, de las cooperativas, y que intentarán integrar a las empresas de diferentes sectores para que puedan facilitar la coordinación del programa. Lo fundamental será que los proyectos sean viables.
Ante la espera de que salgan los préstamos a Metzen & Sena y a la ex Paylana, el Fondes afrontará este año, dentro de la quincena de propuestas que están a estudio, dos importantes iniciativas. Una de ellas es la imprenta Pressal de Nueva Helvecia que, entre otras cosas, “exporta libros de muy buena calidad”, según Buonomo, y que alcanzaría un préstamo de US$ 6 millones. El otro proyecto es la cooperativa de los trabajadores de la ex Pluna, por la cual se traspasarían US$ 15 millones.
“Hace una semana y pico se presentó lo de los trabajadores de Pluna. Es un tema complejo, particular y específico. Estamos contando con el asesoramiento de especialistas, entre ellos, de extranjeros”, indicó Buonomo. El presidente del Fondes aseguró que se tratará de una “decisión política”.
A nivel técnico, existieron objeciones sobre la pertinencia de usar el Fondes en este caso, debido a que el elevado riesgo podría comprometer la herramienta, informaron a El Observador fuentes vinculadas al Fondes. No obstante, primó la decisión política derivada del mandato del presidente, José Mujica.
La segunda resurrección
Para Funsa resultó ser la segunda reactivación de actividades. La primera ocurrió en 2005 cuando capitales privados nacionales volvieron a la vida a la emblemática empresa de neumáticos. Ante la salida de esos fondos a mediados del año pasado, Funsacoop se acogió al Fondes para salir adelante. Un préstamo de US$ 3,5 millones logró que Funsa retornara a la producción. Se aguarda que para marzo comiencen las exportaciones de 220 toneladas de neumáticos hacia Venezuela, Brasil y Paraguay, y a partir de esta semana anunciaron que estudiarán la vuelta al mercado local, dijo a El Observador, Enrique Perdomo, presidente de Funsacoop.
Funsa ocupa por ahora el 65% de capacidad industrial instalada y trabaja con 150 obreros. Se espera que lleguen a los 200 en poco tiempo para trabajar a pleno. Perdomo calificó al Fondes como un “instrumento de mucha utilidad” que les permitió adquirir un préstamo por fuera de los medios financieros convencionales.