Venezuela otorgó las autorizaciones a las petroleras Repsol, de España, y Eni, de Italia, para explotar y exportar gas natural a los mercados europeos. La noticia la confirmó Pedro Tellechea, presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Las dos empresas llevaban meses de espera. El complejo dispositivo de sanciones de los Estados Unidos contra Venezuela lleva a que las compañías que hagan transacciones comerciales o inversiones con el gobierno de Nicolás Maduro también puedan sufrir consecuencias.
De allí que, para lograr la autorización, debió participar la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de los Estados Unidos (OFAC) para otorgarles la venia para que ambas empresas europeas lograran las licencias del gobierno venezolano.
El ajedrez que juega Washington con Caracas es muy complejo. Las sanciones ahogan la economía venezolana, pero también perjudican a terceros países, especialmente los europeos a los cuales la crisis energética los castiga sin que se sepa ni cómo ni cuándo se resolverá la guerra de Ucrania y baje la presión sobre los precios del gas y el petróleo.
Tampoco está en el horizonte que Rusia vuelva a venderles gas a los países de la Unión Europea, ya que sus acuerdos con China y otros países le permitieron a Moscú obtener suficientes beneficios.
El acuerdo de Eni y Repsol no sólo permitirá que el gas venezolano llegue a Europa, sino que la decisión de la OFAC es también un guiño a las conversaciones de Maduro con la opositora Plataforma Unitaria, con quien el diálogo con vistas a las elecciones presidenciales de 2024 entra en cortocircuito de modo sucesivo.
Las dos empresas europeas invertirán fondos en el llamado Proyecto Perla, un yacimiento en el Golfo de Venezuela que tiene importantes recursos y que está aumentando sus operaciones en los últimos meses. Según PDVSA la extracción creció un 30% en los últimos cuatro años.
El presidente de la petrolera estatal venezolana, Pedro Tellechea, acaba de presentar un Plan de Recuperación Integral Productiva de la industria petrolera venezolana, que busca producir un millón de barriles de crudo en julio próximo.
Ese plan contempla un incremento de la producción de gas en Cardón IV de los actuales 580 millones de pies cúbicos a unos 1.300 millones. Según Tellechea, eso dependerá “de la velocidad con la cual se invierta el desembolso” de Repsol y Eni.
Los nuevos movimientos pueden representar un nuevo alivio en las cuentas del gobierno venezolano. Eni y Repsol llevaban tiempo negociando estos acuerdos y el alto representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, fue uno de los que motorizó el logro. Entrevistado por el diario español El País hace tres semanas, Borrell dijo: “Es importante que haya proyectos económicos que nos beneficien a Europa y a Venezuela. Venezuela ahora mismo está quemando gas que no puede utilizar, cuando el gas oficialmente no está sometido a sanciones, sólo el petróleo”.
“Venezuela es uno de los países que más metano produce en beneficio de nadie, mientras en la UE necesitamos gas”, aseguró Borrell, quien ayudó a la autorización por parte de la OFAC estadounidense.
Esto será una buena noticia para las frenadas conversaciones en Ciudad de México por parte de la oposición y el oficialismo venezolanos. Y un alivio económico para el país con la octava reserva más grande de gas en el mundo, y uno de los principales productores latinoamericanos.
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