El invitado pasó mal

En su cancha, el conjunto albivioleta le ganó por 3-0 a un conjunto tricolor que no supo cómo entrar al área rival y que cometió errores defensivos que terminaron abultando el tanteador.

Los albos salieron a la cancha con Tabaré Viudez como novedad en el ataque y con Rafael García en la zaga en lugar de Diego Polenta, quien no jugó. Además, no estuvo Alfonso Espino y el lateral izquierdo lo cubrió Mathías Olivera. En el local, la sorpresa fue la presencia de Fabián Estoyanoff desde el arranque.

El partido comenzó con Nacional controlando la pelota frente a un rival que, como se esperaba, se paró en su cancha y aguantó las cargas tricolores, replegando a sus tres volantes defensivos a la zaga.

El entrenador Martín Lasarte distribuyó sus cuatro hombres de ataque con Leandro Barcia por derecha, Brian Lozano por la izquierda, Tabaré Viudez por el medio y Kevín Ramírez nuevamente como delantero de área.

En esos primeros minutos de control, el juego tricolor se volcó hacia la punta derecha, desde donde llegaron centros al área, tanto por parte de Barcia como del lateral Jorge Fucile, los que en su mayoría fueron rechazados por Ignacio Pallas y Lucas López –promisorio valor–, las torres defensivas de Rosario Martínez.

Sin pisar el área, los albos generaron poco en el primer tiempo: un tiro libre de Lozano y un remate en el travesaño de Viudez.

Fénix, por su parte, sacó gran provecho de las pelotas quietas y dejó al descubierto las fallas aéreas de la zaga tricolor. Mediante excelentes ejecuciones de Martín Ligüera, los locales ganaron por arriba y generaron situaciones con cabezazos de Pallas y López.

El 10 albivioleta, que fue ovacionado antes y después del partido, acaparó todas las pelotas para habilitar a Estoyanoff y a Waterman con pases largos.

A los 30', el equipo de Martínez se animó a romper el dominio tricolor y alteró un poco su funcionamiento, llegando más en bloque y no dependiendo siempre de su enganche para crear juego. El encuentro se hizo de ida y vuelta y creció en emoción.

Pocos minutos después, Ligüera movió rápido una falta con un pase milimétrico para el Lolo, quien bajó la pelota en el área y se dejó caer cuando se preparaba para patear. El juez dio penal y el propio Estoyanoff se encargó de la ejecución para poner el 1-0 que encendía las alarmas tricolores.

En el segundo tiempo, con lluvia y por momentos con poca luz en Capurro, Nacional salió en busca del empate pero volvió a chocar con la zaga local.

Se vio algo que por momentos ya se había apreciado en el ciclo de Munúa: los delanteros llegaban a tres cuartos de cancha y no sabían cómo pisar el área. Muchas veces tenían que hacer circular la pelota hacia los laterales o volantes, y al no aparecer huecos se recurría al centro para ver si ganaban por arriba –lo que no ocurrió– o si había algún error rival –lo que tampoco pasó–.

Lasarte mandó a la cancha a Hugo Silveira para chocar con los zagueros, pero no tuvo ninguna situación para aprovechar su altura. Su ingreso, que no dio resultado, llevó a que Ramírez pasara a la izquierda, donde fue más activo.

Luego, el DT tricolor puso a Rodrigo Amaral por Viudez, con el objetivo –como explicó– de que le diera remate desde larga distancia, al ver que no podía entrar al área.

El juvenil tomó el mando del ataque y probó desde afuera, sin puntería, al igual que otros que también lo intentaron de esa forma y no tuvieron éxito.

El local estaba tranquilo. Su defensa respondía y el rival le dejaba espacios. En una carga aislada, Mirabaje se llevó la pelota, Gabrielli la peleó y Waterman definió para el 2-0 a los 62'. El trámite siguió incambiado bajo una lluvia cada vez más intensa y cuando se cerraba el telón, Waterman picó desde el medio y lo liquidó tras grueso error de García.