Nadie se explica cómo pasó. Cómo fue posible que 11 monjas de las carmelitas descalzas del Monasterio de San José Diadema en Comodoro Rivadavia, la capital de las provincia argentina del Chubut, se contagiaran de coronavirus.
Las carmelitas residen en este monasterio del barrio central de Diadema, a 30 kilómetros del centro de Comodoro Rivadavia. Una construcción rodeada de altos paredones que no dejan ver nada de que ocurre dentro de esos muros. Es el confinamiento más estricto.
Sin embargo, 11 de las 13 mujeres que habitan en el monasterio, donde se encuentran en clausura, sin contacto con el mundo exterior, se contagiaron a fines de octubre.
El miércoles de esta semana, todas ellas recuperadas pudieron desayunar juntas y pasar la página de unas jornadas difíciles, como lo dijo el obispo de Comodoro Rivadavia, Joaquin Gimeno Lahoz, según cuenta Clarín.
"Este virus es terrible, no respeta ni las clausuras", exclamo el prelado.
Cómo entró el virus es un misterio. Pudo ser por alguien que se acercó a dejar una donación en este lugar de reflexión y contemplación o por algún proveedor, aunque las monjas no tienen contacto directo con ellos.
El obispo Lahoz explicó que durante el aislamiento, las monjas recibieron ayuda y mensajes de toda la región y con el alta epidemiológica pudieron volver a sus jornadas de reflexión y a los trabajos que realizan en la fábrica de velas, yeso y hostias, productos que luego se distribuyen en las parroquias de la Patagonia.
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