El subsecretario del Ministerio de Salud Pública, Jorge Quian, pidió este jueves mayor compromiso por parte de los médicos a la hora de recetar medicamentos. Lo hizo después de la apertura del primer congreso nacional de farmacovigilancia, bajo el lema "Contribuyendo al uso racional del medicamento".
“Un médico no debe, necesariamente, recetar un fármaco cada vez que se enfrenta a un paciente. Y estoy convencido que en la práctica médica hay muchos colegas que recetan medicación porque es más fácil hacer eso que detenerse a explicar. Requiere menos tiempo y exige menos compromiso”, aseguró Quian, y animó a discutir sobre cuál es el nivel de responsabilidad profesional que existe en esta acción.
El uso indiscriminado de fármacos es un “problema complejo” que afecta al mundo entero, dijo el jerarca y que, además, atraviesa transversalmente a distintos actores, desde el paciente hasta el médico que receta la medicación, pasando por quien la dispensa y la industria que la distribuye.
"Vivimos en una sociedad medicalizada. Prácticamente todos los adultos toman cerca de tres pastillas al día y no siempre eso es necesario. Hay que hacer un llamado de atención”, manifestó este jueves en rueda de prensa Quian.
Las autoridades manifestaron que su principal preocupación es que los equipos de salud, formado por personal médico, enfermeros y estudiantes, adquieran la práctica de controlar qué sucede con su paciente al tiempo de tratarse con determinado fármaco. “El que medica se debe hacer responsable de lo bueno y también de los posibles efectos adversos que produzca esa medicación”, aseguró Quian y alentó a que cuando se identifiquen consecuencias negativas se notifique al departamento de Farmacovigilancia del MSP.
“Cuando un médico se enfrenta a las efectos adversos, además de modificar lo que le recetó a su paciente, debe informar a las unidades del MSP para que ellas puedan juzgar lo que pasó y valorar al medicamento”, añadió el subsecretario. El ministerio dispone de un área específica dedicada a archivar las denuncias que realizan los médicos. Cuando se acumulan más de un caso adverso se formaliza que la medicación tiene efectos desfavorables.
Quian advirtió a la población sobre la costumbre de consumir fármacos por fuera de la indicación médica y recomendó evitar ese hábito. "Para arreglar un auto hay que ir a un mecánico y para arreglar un cuerpo humano se debe consultar al profesional de la salud", remarcó el jerarca y alertó que una medicación inapropiada puede generar "consecuencias severas" en la salud de las personas.
El subsecretario señaló dos aspectos preocupantes que pueden jugar en contra a la hora de recetar con prudencia un medicamento específico. "Por un lado está la industria que, principalmente en países desarrollados, ocultaron la realidad de ciertos medicamentos", puntualizó Quian y recordó que "la historia esta plagada de gigantescas multas millonarias" que debieron pagar las farmacéuticas por no haber publicado a tiempo los efectos adversos de terminados fármacos que comercializaron en el mercado.
Asimismo, el jerarca recordó que los conflictos de intereses también pueden encontrarse dentro del consultorio médico. "El equipo de salud también puede verse influenciado por la propaganda que hace la industria", remarcó Quian y concluyó que por este motivo es valioso desarrollar jornadas de conscientización y capacitación al respecto.
"En Uruguay tenemos una medicina responsable pero hace falta desarrollar más esa responsabilidad", aseguró el viceministro.
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