Pasaron más de seis meses para que ayer se retomaran los trabajos de la obra civil del
ANTEL Arena, luego de que el Poder Ejecutivo –a instancia del Ministerio de Economía y Finanzas– decidiera suspender el proyecto, una medida polémica que pareció estar más ligada a pujas de poder en la interna del gobierno que al impacto fiscal que la obra podría traer aparejada en las finanzas públicas. Finalmente, la controversia se solucionó luego con el compromiso del propio presidente Tabaré Vázquez de retomar las obras en enero de este año con recursos privados, una salida que tendrá su costo extra.
Un informe técnico del ente de las telecomunicaciones que circula entre políticos de la oposición –al que tuvo acceso El Observador– estima un sobrecosto de unos US$ 8 millones por estructuración del fideicomiso para la financiación del complejo
ANTEL Arena. El armado de ese instrumento financiero se acordó en noviembre por medio de la Corporación Nacional para el Desarrollo (
CND) por un monto de US$ 58 millones.
Mediante un proceso competitivo, la CND escogió al banco Santander como la opción más conveniente para aportar esos recursos. El plazo de repago será de ocho años con dos años de gracia para iniciar las amortizaciones. El primer desembolso está previsto para el último día hábil de enero de 2018.
El contrato de obra firmado entre ANTEL y la española Teyma no considera las instalaciones eléctrica, de tecnología y de mobiliario del estadio. En su momento, la telefónica estatal estimó un costo global de la obra en un rango de US$ 70 millones a US$ 80 millones. Hasta el momento, se han realizado obras por un monto menor a los US$ 6 millones en el predio, que ayer vio cómo volvía a la actividad tras el receso.
De acuerdo al informe, el fideicomiso implica que ANTEL ceda todos sus derechos sobre la obra a la fiduciaria, la CND, dejando en su poder el manejo crediticio. Además, el ente estatal deberá hacer frente a la retribución de la fiduciaria por gastos administrativos, por concepto de estructuración del fideicomiso y costos de servicios como honorarios y gastos de la auditoría anual de los estados contables. El trabajo maneja una serie de supuestos que sitúan en unos US$ 650 mil la retribución que ANTEL deberá transferir a la CND por la administración del período de actividad del fideicomiso.
Pero el grueso del sobrecosto de esa opción financiera se irá en los intereses del préstamo bancario que ganó el Santander. El trabajo toma como base una estimación "conservadora" que se reduce al pago de los intereses durante los seis años que durará el préstamo, sin considerar los dos años de gracia ni costos administrativos, que lo sitúa en unos US$ 7 millones, tomando como referencia una tasa de interés de 3,9% anual. Por tanto, el documento concluye que el sobrecosto por acudir al fideicomiso para financiar el ANTEL Arena gira en torno a los US$ 8 millones respecto a la previsión original con recursos propios del ente.
Fuerte controversia
La suspensión de las obras del ANTEL Arena fue objeto de una fuerte disputa en la interna del gobierno y duramente cuestionada por el PIT-CNT, por el impacto social y laboral que provocó.
El ministro de Economía, Danilo Astori, argumentó en su momento que la obra obedecía al "manejo de los tiempos" y al "encare de las prioridades" del gobierno definidas en la ley de Presupuesto, como la salud, educación y la seguridad pública. Sin embargo, sectores fuertes del gobierno como el MPP –al cual pertenece la ministra de Industria Caorlina Cosse–, el Partido Comunista, Compromiso Frenteamplista (que encabeza el vicepresidente Raúl Sendic) y dirigentes socialistas cuestionaron públicamente esa determinación, por entender que el gobierno estaba transmitiendo una visión de "achique" del Estado en momentos donde se requería un mayor esfuerzo de las obras públicas para contrarrestar el freno de la actividad económica. Finalmente, el tema se laudó con la conformación de una alternativa privada para financiar el proyecto y el compromiso de retomar la obra en enero.