Alberto Martín Acosta salvó a los dos hijos de Mónica que estaban en el hotel alquilado por el Mides

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Perdió a su mejor amiga en el incendio del Hotel Aramaya pero salvó a sus hijos: "Encontré la puerta cerrada, la partí y me metí"

Este viernes, la madre de Mónica, amigos y vecinos marcharon desde la plaza de los Bomberos hasta el Hotel Aramaya
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21 de octubre de 2022 a las 17:21

“Moni, tu mejor amigo por siempre, Martín”, dice escrito con lapicera sobre una foto de Mónica Olivera Palomeque. Varias copias de la misma imagen –la mujer con su gorro de Ottonello y una sonrisa mientras trabajaba en un carrito de comida– honran el recuerdo de la mujer, colgadas en las rejas del Hotel Aramaya. Allí, Mónica, de 31 años, murió en un incendio en la tarde de este lunes. Su madre, amigos y vecinos, que convivieron con la mujer en el hotel, marcharon desde la plaza de los Bomberos hasta el edificio en 18 de Julio y Paraguay.

El hotel era alquilado por el Ministerio de Desarrollo Social para alojar a padres y madres con hijos. Mónica vivía con sus varones de 13 y 11 años y con su niña de 5. El más grande no estaba en el momento del incendio, pero sí sus dos hermanos. Mónica no sobrevivió al incendio, pero sí los dos niños, gracias a Martín.

Mientras los conocidos de Mónica se juntaban en la Plaza de los Treinta y Tres, pintaban pancartas –“Moni siempre presente”, “No es un adiós, es un hasta luego”– se repartían globos y flores blancas, Alberto Martín Acosta contó a El Observador la historia de cómo salvó a los hijos de su amiga.

El hombre estaba cocinando una torta de chocolate en el primer piso, cuando empezó a escuchar gritos de una de las mamás. “Se estaba prendiendo la 505”.

“Lo primero que hice fue llevarme un repasador e ir para arriba, era lo único que tenía. Encontré la puerta cerrada, la partí y me metí para dentro”. En la habitación había humo y fuego. Martín sacó al varón de 11 años, que estaba más cerca. Después escuchó una tos que venía del baño. Entró y la puerta se cerró de golpe. La niña de 5 años, que ya estaba dentro, quedó tirada. “La desesperación… No sabía qué iba a hacer”, recordó Martín. Con esfuerzo, logró abrir la puerta y empujar con el pie derecho a la niña hasta sacarla del baño.

En esa habitación fue luego encontrada sin vida Mónica.

Una de las manifestantes en la marcha con la foto de Mónica

Según contó Martín, tomó en brazos a la menor y salieron hacia el pasillo. 

“Cuando salgo con la niña en los brazos, los cables se cruzan ante mí. Corriente y fuego a la vez. Frené, porque si no frenaba, quedábamos los dos electrocutados”, narró. Una vez fuera del edificio, se arrodilló y le golpeó el pecho a la niña con la mano abierta para que reaccionara. Ella abrió los ojos. Ya había llegado la policía, pero no así los bomberos o las ambulancias. 

Martín se metió con la niña en un patrullero. “Hasta el Maciel no paré”, aseguró. En el hospital se la llevaron. “Estaba toda quemada”, señaló el hombre.

La campera de cuero blanca que llevaba Martín estaba hirviendo. “Es a prueba de agua y de fuego”, bromeó el hombre. Se sacó la campera cuando lo fueron a atender. Luego se desmayó y perdió la noción del tiempo hasta este jueves, cuando fue dado de alta.

“Es valorable mi vida, pero yo la daría por cualquiera”, dijo a El Observador.

Ahora está “un poco jodido de la garganta, pero bien”. Sin embargo, en el hospital estuvo intubado e “hinchado por todos lados” y reconoció que no pudo dormir la noche de este jueves.

Martín vivió en el Hotel Aramaya aproximadamente desde agosto del 2021, con su hijo de 15 años, que al momento del incendio estaba estudiando gastronomía. 

El hombre contó que él y Mónica eran “muy compañeros”. “Siempre la luchó para sacar a sus hijos adelante”, aseguró.

“Sé que ella está muy agradecida de que pude salvar a los nenes”, dijo Martín.

Martín fue quien llevó a la hija de Mónica al hospital. Al niño de 11 años, lo sacó de la habitación, pero a ser atendido lo llevaron otras mujeres del hotel.

Los dos hermanos terminaron internados en el Pereira Rossell. Sin embargo, según dijeron desde el hospital a El Observador este jueves, los niños están evolucionando, ya no están intubados y probablemente en unos días salgan del CTI.

La maestra de la niña de 5 años con compañeras de la menor internada en el Pereira Rossell

En la marcha, que se antepuso al tránsito de 18 de Julio, participaron las maestras de los dos menores. A la de preescolar la acompañaban de la mano dos compañeras de la niña de 5. Ellas llevaban un cartel que le decía a su amiga: “te extrañamos en clase”. 

También estaba Laura Palomeque, la madre de Mónica. Laura contó las dificultades que tuvo en su vida y que no fue ella quien crio a Mónica, ni a sus hermanos, sino su propia madre, la abuela de Mónica. Según contó a El Observador, estuvo diez años fuera de Montevideo, pero Mónica insistió y finalmente volvieron a estar en contacto.

El resto de las personas que caminaron por la avenida, habían compartido el Hotel Aramaya con la mujer de 31 años. La marcha terminó allí. Los globos blancos se separaron de las manos y volaron por la vereda y por la avenida. Contra la pared del hotel quedó una pancarta en honor a Mónica y en las rejas la foto de la mujer.

Una de las amigas insistió con rezar un Padre Nuestro y un Ave María.

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