La búsqueda del submarino Ara San Juan en Argentina es una causa nacional. La principal hipótesis de la Armada de ese país es que la nave tuvo un problema eléctrico y por eso perdió su capacidad de comunicación. Ha descartado, por el momento, un incendio a bordo, y confía en que esté aún en movimiento, navegando hacia su puerto de arribo, tal como establece el protocolo para estos casos.
El submarino salió de Ushuaia, en el extremo sur del país, el lunes 13, luego de participar de un ejercicio de la flota de mar. Cuando emitió su última coordenada realizaba trabajos de control de pesca ilegal a unos 400 kilómetros de la costa, a la altura del golfo San Jorge, entre Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina.
Su llegada a Mar del Plata estaba prevista para este domingo 19, pero podría retrasarse uno o dos días por el mal tiempo, según anunció el portavoz de la Armada argentina.
"El buque salió a superficie y ahí comunicó una avería, por eso el comando de la fuerza le dice que cambie la ruta y venga a Mar del Plata", dijo en rueda de prensa Gabriel Galeazzi, jefe de la base naval de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires adonde debía arribar el Ara San Juan.
El viernes 17 la Armada comunicó a través de un tuit que estaban "realizando operaciones para reanudar las comunicaciones con el submarino".
La revelación sobre la avería modificó la información original; la hipótesis divulgada por la Armada mencionaba una "falla en las comunicaciones".
"Después informa en comunicación satelital, estando el submarino en inmersión, que estaban sin novedades personales y que continuaban navegando en inmersión", dijo.
El submarino tiene un sistema de comunicación satelital de emergencia, como una boya que sube hacia la superficie y puede mandar señales.
Este lunes 20, dos sistemas de sonar de barcos de la Armada de Argentina detectaron sonidos que se estima podrían ser herramientas golpeando el casco del submarino, informó CNN, una señal de socorro que utilizan los submarinos que no pueden comunicarse de otro modo.
El sábado 18 trascendió la información de que se habían detectado siete intentos de llamadas que podrían provenir del Ara San Juan. Sin embargo, el lunes se supo que no tenían relación alguna con el navío que transporta 44 tripulantes.
"Hemos recibido oficialmente el informe de la empresa que investigó todas las señales y explicó que los siete intentos de comunicación del sábado no se corresponden con el teléfono satelital del submarino" dijo el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, en Buenos Aires.
La novedad desmoronó las esperanzas de los familiares, que aguardan recibir noticias.
"Hemos triplicado el esfuerzo de búsqueda, tanto en la superficie como bajo el agua, con 10 aviones", dijo Galeazzi, portavoz de la base naval de Mar del Plata. "Tenemos 11 buques de la Armada Argentina, de municipios y de países que han colaborado con barcos de investigación, como Uruguay, Chile, Brasil, Perú, Estados Unidos y el Reino Unido".
Estos barcos siguen la ruta que el submarino tenía planificada, mientras que otros de la Armada "barren" la zona de norte a sur y de sur a norte.
"En estos momentos se está haciendo un vuelo de exploración con un B8 antisubmarino de la Armada estadounidense. Por la tarde va a hacer lo propio otra aeronave antisubmarina de la NASA", precisó Balbi este lunes.
También llegó a Argentina otro avión Galaxy de la Fuerza Aérea estadounidense "con un equipo de apoyo a las operaciones", que se suman a una aeronave de Brasil y dos de la Prefectura Naval Argentina.
Además está en operaciones en la zona el buque polar inglés Protector, que cuenta con una sonda que refleja tridimensionalmente el fondo y "está barriendo la región desde la última posición conocida".
"Depende de la última vez que recargaron sus baterías, cuánto tiempo atrás refrescaron el aire, qué hay dentro del submarino. Simplemente no lo sabemos", dijo el especialista consultado por la cadena internacional.
Si está hundido pero sin averías de importancia, podrían tener entre una semana y 10 días de oxígeno, explicó Peter Layton, investigador visitante del Instituto Griffith Asia de la Universidad de Griffith en Australia.
Si el casco estuviera intacto, puede mantenerse bien en profundidades de hasta 500 a 600 metros. En caso de que hubiera quedado varado sobre la plataforma continental de Argentina, las profundidades son menores a eso; en cambio, si se hundió en el océano Atlántico puede haber llegado a lo que se denomina "profundidad aplastante", que produce que el casco colapse bajo presión.
Un sistema de baja presión genera ráfagas de viento de más de 70 kilómetros por hora, lo que hace que en el Atlántico Sur haya olas tan altas como un edificio de dos pisos. Pero el enemigo de esta búsqueda es la enorme área que se debe cubrir: miles de kilómetros cuadrados.
La posibilidad de enviar otro submarino fue descartada por el capitán naval argentino Héctor Alonso. "Lo que se necesita es lo que hay en la zona, sobre todo, los barcos con sonar de rayos múltiples, para poder hacer la búsqueda correctamente", dijo. Un submarino no tiene la tecnología o los elementos necesarios para realizar una búsqueda de este tipo, explicó.
Sin embargo, si se logra encontrar la nave perdida entonces sí se necesitaría un submarino para las tareas de rescate, en caso de que haya tripulación con vida. A esos efectos Estados Unidos está enviando un sumergible de rescate al área.
Rescatar un barco que está diseñado para no ser encontrado es más difícil que el rescate de un naufragio común, explicó a CNN Euan Graham, director de seguridad internacional del Lowy Institute for International Policy en Sydney. "En términos generales, están diseñados para ser plataformas furtivas", dijo. "Son difíciles de detectar bajo el agua".
Encontrar objetos grandes en el fondo del mar es problemático, expresó Layton. Por lo general, se encuentran al escuchar pacientemente, con la esperanza de detectar los motores, o mediante un sonar activo.
El sonar solo es realmente efectivo cuando se busca un submarino entre el fondo del mar y la superficie, pero es probable que este esté en el fondo del océano.
Basado en AFP, La Nación, CNN y Clarín.
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