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En medio de algarabía por retorno de Lula a la Celac, Lacalle Pou se desmarcó y pidió una zona de libre comercio entre países de America del Sur y el Caribe
Enviado a Buenos Aires
Aunque pertenece con gusto, a Luis Lacalle Pou no le simpatizan mucho las reuniones masivas de los foros mundiales, porque visualiza que los presidentes las utilizan para hacer discursos grandilocuentes que luego se esfuman sin redundar en un beneficio para sus ciudadanos.
Sabe que a las palabras se las lleva el viento, y por eso, cada vez que participa, intenta que las suyas trasciendan y se transformen en otra cosa, ya sea una denuncia o una propuesta.
Parte de estas premisas intentó cumplir este martes, cuando en diez minutos se desmarcó de sus pares izquierdistas de la Celac, pidiendo pasar de los “discursos” a la “acción”, proponiendo una zona de libre comercio entre los 33 países de América Latina y el Caribe.
Se trató de un planteo que implícitamente incluyó una crítica a la inacción de todos estos años a pesar de las reiteradas menciones a los beneficios de pertenecer a la “patria grande”.
Esa mirada tuvo un impulso con el retorno de Lula, un giro que va más allá de lo simbólico, ya que Jair Bolsonaro había abandonado la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Un poco orejeando esta situación, Lacalle Pou pidió no convertir a la Celac en un “club de amigos ideológicos” porque sino dejará de tener sentido una vez que cambien los gobiernos.
Reprochó las miradas “hemisféricas” —que ven en Estados Unidos al responsable de todos los males— y las “hemipléjicas” —que piden respeto por los derechos humanos pero se llaman a silencio ante lo que ocurre en países con afinidad ideológica—. Aunque evitó mencionarlos, usó las palabras “como ya fue dicho” para habilitar la identificación de que sus dardos estaban dirigidos a Cuba, Venezuela y Nicaragua, a quienes había criticado en la anterior reunión en México en 2021.
“Cuando uno escucha en estos foros hablar de la solidaridad y el crecimiento, bueno, caminemos la palabra. Si decimos determinadas cosas pongámoslas en acción", respondió ante una consulta de El Observador en conferencia de prensa.
"A veces uno ve que son discursos de lamentos y de buscar responsables y de que siempre la culpa la tiene otro. Mirémonos para adentro. Podemos mirar hacia adentro y que desaparezcan las barreras entre los países”, profundizó.
La idea supone un nivel de profundización que ni siquiera el Mercosur ha logrado alcanzar pese a haberse creado hace más de 30 años y se parece al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por Estados Unidos en 1994, con la diferencia de que aquel acuerdo excluía a Cuba y este deja por fuera gobierno de Joe Biden.
La situación del Mercosur será un asunto importante del intercambio que tendrá este miércoles con Lula en Suárez y Reyes.
En los últimos días, el gobierno brasileño a través de diferentes jerarcas como el canciller Mauro Vieira o el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, fijaron una posición crítica acerca de las negociaciones con terceros que viene realizando Uruguay.
En la conferencia, Lacalle Pou señaló que Uruguay no era "rupturista" ni ponía "titulares tan trágicos", en referencia a la posibilidad de dividir el bloque.
"Uruguay tomó una definición de avanzar con China para un TLC bilateral, si es junto al Mercosur, mejor”, dijo aunque reiteró que confía en la vocación de Lula para buscar acuerdos.
El brasileño viajará a China en los próximos meses y tiene en carpeta proponerle un acuerdo reducido de preferencias arancelarias, una hipótesis que no disgusta a Uruguay siempre que sea realizable, aunque el gigante asiático dejó de negociarlo hace ya varios años.
El presidente también expresó sus reparos al retorno de Venezuela al Mercosur, solicitado por Argentina y Brasil en un comunicado conjunto, y puso paños fríos al ingreso de Bolivia, señalando que es más importante que el bloque avance con sus socios fundadores.
