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Gabriel Medina, el dios brasileño del surf
En el sacrosanto país del fútbol en el que Neymar es la estrella absoluta, su amigo Gabriel Medina también hace vibrar a todo el país, pero no sobre el césped, sino en el mar, surfeando olas, lo que lo convirtió en uno de los mayores especialistas de esta disciplina, como lo atestigua su reciente segundo título mundial.
En Hawai, en la impresionante costa de Pipeline, Medina realizó figuras excepcionales hasta obtener la nota perfecta (un 10 en cuartos de final) antes de lograr la victoria el martes en el Pipe Masters, la última prueba del circuito profesional.
Un triunfo que estuvo acompañado del título de campeón del mundo, el segundo en su carrera, después del de 2014, que fue histórico ya que abrió la vía de este deporte en Brasil.
Cuatro años más tarde, vuelve a ser el mejor. "Es un sueño convertido en realidad. Fue una jornada de ensueño para mí: ganar el Pipe Master y lograr el segundo título mundial. Es mucho más duro conseguir una segunda corona, porque debes ir al 200%", declaró Medina a AFP, aún un poco emocionado al día siguiente de su hazaña.
A sus 24 años, Medina está escribiendo la historia del surf, una discipina dominada desde los años 70 por los anglosajones, entre estadounidenses y australianos.
Un año después de su proeza en 2014, otro brasileño, Adriano de Souza, dio otro título mundial al país de la samba y del fútbol.
Este año, tres brasileños se clasificaron entre los cuatro primeros del escalafón mundial: Medina (1º), Filipe Toldeo (3º) y Italo Ferreira (4º).
En todo este éxito del surf brasileño, Medina, que acumula más de ocho millones de fans en las redes sociales, tiene mucho que ver.
"Tras mi primer título, todo el mundo quiso hacer surf en Brasil y demostrar de lo que son capaces los brasileños. Estoy realmente feliz de formar parte de esta historia", se felicita Medina, orgulloso de haber demostrado a sus paisanos que se puede llegar a la cima mundial en una disciplina como el surf.
"¡Un fenómeno!"
El surfista, que sigue viviendo en Sao Sebastiao -"¡en la playa, no en la ciudad!", precisa- es un ejemplo para muchos brasileños y uno de sus principales seguidores no es otro que Neymar.
El delantero de Paris Saint-Germain publicó un mensaje en su cuenta en Instagram, pocas horas después del título mundial de Medina: "¡Eres un fenómano, un orgullo para los brasileños. Bravo hermano, lo mereces!! Te quiero", escribió el crack.
Medina podría haber sido de hecho futbolista, pero la vida le llevó por otro camino. "Jugaba mucho al fútbol cuando era pequeño, pero mi mejor amigo me llevó a hacer surf, y entonces...", explica Medina, que tenía 9 años cuando comenzó a hacer acrobacias sobre las olas.
A los 13 años ya participaba en los grandes circuitos y a los 15 firmó un contrato con una gran marca de equipamiento deportivo. A los 17 ingresó en el circuito mundial, con dos victorias antes de ser coronado a los 20 años. Además de su colección de victorias, Medina puede presumir de haber creado figuras inéditas, como el backflip.
El campeón, que viaja mucho en familia a las competiciones, tiene aún muchas cosas que conseguir. "Mi próximo objetivo es lograr otro título mundial. Y por supuesto participar en los Juegos Olímpicos (en Tokio 2020). Es importante para mí, los mejores estarán allá y yo quiero formar parte. Pase lo que pase, tengo que estar", dice.
A la espera de esa cita, festejará sus 25 años el 22 de diciembre pasando un buen momento con sus amigos y ocuparse de su centro de entrenamiento (Instituto Gabriel Medina), puesto en marcha hace caso dos años en la playa de Maresias y donde niños de 10 a 16 años se esfuerzan por tomar el relevo y convertirse en el gran campeón de los próximos años.
