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GACH recomendó avanzar en presencialidad de controles de primera infancia y niños con trastornos
El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) recomendó "avanzar en la asistencia híbrida" de los servicios médicos de modo de priorizar la presencialidad en controles pediátricos de primera infancia y en niños con patologías y trastornos crónicos. La sugerencia va en línea con la resolución del Ministerio de Salud Pública (MSP) en que dispuso a partir del 17 de mayo el “reinicio obligatorio de las consultas presenciales" con "un mínimo de dos consultas por hora”.
El GACH propuso además retomar los tratamientos de niños con patología del neurodesarrollo y salud mental, priorizando para la presencialidad a los menores de 6 años y con un modelo híbrido —que alterna con telemedicina— para escolares y adolescentes. Los científicos destacaron que de esta manera se permitirá el reinicio de tratamientos de rehabilitación hasta ahora suspendidos para "apoyar a las familias en situación de vulnerabilidad económica y social".
En este sentido, subrayaron que "en los primeros años de vida la plasticidad cerebral determina que la intervención temprana es clave para prevenir que se consoliden sobre una base patológica alteraciones y trastornos del neurodesarrollo".
El texto publicado este miércoles forma parte del informe "Impacto secuelar en salud por la epidemia de SARS-CoV-2", en que el GACH estudió el impacto de la pandemia en distintas franjas de la población. El anexo referido a la niñez fue redactado por Mónica Pujadas, Álvaro Galiana y Gabriel González.
Uno de los primeros datos señalados por los expertos fue que el número de dosis de vacunas regulares administradas en 2020 "fue menor a años anteriores", a pesar de que aún no se han comunicado las cifras de cobertura. El GACH advirtió que esto es "una amenaza en especial" por la "reemergencia de enfermedades" como infecciones por tos convulsa, enfermedades por neumococo o "incluso riesgo de reintroducción del sarampión" en los lactantes.
Pujadas, Galiana y González remarcaron la "mala calidad alimentaria" de los niños en este contexto, dado un mayor consumo y un menor gasto energético por la limitación de la actividad física. Esto incrementa el sobrepeso y la obesidad, indicaron, que afecta a 4 de cada 10 escolares uruguayos. El encierro y la mayor exposición a las pantallas derivó en que ocho de cada diez niños presenten "síntomas de alteraciones en su salud mental, predominando la inatención, aburrimiento, irritabilidad, violencia familiar y ansiedad".
Ante la restricción de concurrencia a los centros educativos, los científicos enfatizaron que se limitan "los procesos de socialización, el intercambio con pares, el juego compartido, la actividad física y los aprendizajes formales", algo que a su vez impacta de forma no equitativa en aquellos en situación de discapacidad, trauma, con problemas de salud mental o integrantes de familias disfuncionales o en situación de pobreza.
En esos ámbitos, sin "mecanismos de afrontamiento potentes para regular emociones y controlar comportamientos", se incrementa "la posibilidad de violencia doméstica" de parte de adultos con una "gran presión interna". "En el Centro Hospitalario Pereira Rossell, observamos con alarma que la frecuencia de consulta por sospecha de abuso sexual fue el único motivo que se incrementó, si lo comparamos con el mismo período del año anterior", redactaron, algo de lo que ya había sido alertado en los primeros meses de pandemia.
Caída en ingresos por patologías respiratorias
Según datos aportados por el MSP —de marzo a marzo entre 2020 y 2021—, la proporción de ingresos a cuidados intensivos en menores de 1 años por infecciones respiratorias agudas graves fue de 23,5%, "significativamente menor a la comunicada para el periodo marzo 2019 a marzo 2020, que fue de 49,7". A su vez, según información del Pereira Rossell, comparando el período marzo-julio de 2020 con el mismo período del 2021, "hubo un descenso del 73 % en consultas en la Emergencia de dicho hospital".
Respecto a las internaciones en cuidados intensivos, el ingreso durante el 2019 fue de 134 niños con diagnóstico de bronquiolitis aguda, una cifra significativamente mayor respecto a los 16 niños que arribaron a este nivel de atención con el mismo diagnóstico durante el año pasado. Sin embargo, contrario a la disminución de ingresos por infecciones respiratorias, el GACH señaló "un aumento relativo de consultas por traumatismos banales, lesiones corporales y dolor abdominal".
"Si bien estos datos son globalmente positivos a la hora de evaluar los daños generados por la inmovilidad de los niños frente a la pandemia, también debemos recordar que esto ha generado retraso en completar las inmunizaciones de los niños, así como detección en forma precoz de alteraciones físicas en los niños, no reconocidos por sus padres o cuidadores", concluyeron los expertos.
