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Gobierno autorizó caza nocturna y flexibilizó permisos; el exministro Uriarte lo considera un “profundo error”
El Poder Ejecutivo realizó una serie de flexibilizaciones a la legislación que regula la actividad de caza en Uruguay (ley 9.481 y decreto 164/996), informó La Diaria.
Las modificaciones otorgan una habilitación a la práctica deportiva en todo el país, a excepción de Montevideo, una autorización a la caza nocturna de determinadas especies exóticas y la posibilidad de que los permisos que obtengan los cazadores sean independientes del tipo de arma que utilicen. Según explicó el subsecretario de Ambiente, Gerardo Amarilla, están dirigidas "fundamentalmente para especies invasoras".
El exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte, criticó la medida en su cuenta de Twitter y le dijo a El Observador que es "un profundo error" porque va en contra de la tendencia mundial a limitar la caza deportiva.
La nueva reglamentación, aprobada en un decreto del 26 de abril, señala que la práctica de caza deportiva deberá seguir las "condiciones" y "limitaciones" dispuestas en el decreto. Dentro de las nuevas consideraciones se establece que ya no será necesario especificar en el Ministerio de Ambiente las guías de las armas, así como tampoco entregar un croquis del predio designado o una autorización física de su propietario, sino que bastará con recibir un permiso en “forma verbal o escrita, sin requerir ninguna formalidad especial” de esa persona.
El decreto, que aprobaron los ministerios de Ambiente, Turismo y Ganadería, Agricultura y Pesca, reduce la distancia permitida de caza con escopeta de perdigones con lugares poblados, como, por ejemplo, escuelas rurales, de 3 a 1 kilómetro. Además, los cazadores pueden acceder a un permiso sin especificar su arma, aunque esta deberá estar registrada para uso.
“En los permisos de caza no se hará referencia a un arma específica. Para practicar la caza en forma legítima, el arma utilizada deberá estar legalmente registrada y habilitada para dicha práctica. Durante la actividad de caza, el cazador deberá portar el permiso de caza y la guía vigente del arma que utiliza”, aclara la norma.
Para el caso de la caza con especies de pluma de fauna silvestre, la modificación baja de 15 a 10 días la duración de los permisos concedidos. En tanto, reduce de 120 a 90 días consecutivos la vigencia de los permisos que se entregan para la actividad de caza comercial de liebre (Lepus sp.).
“Los permisos de caza deportiva de ciervo Axis axis tendrán una vigencia de 365 días corridos desde su otorgamiento”, añade el texto, que habilita la caza de cinco machos y cinco hembras de la especie.
Carlos María Uriarte: "Un profundo error"
Carlos María Uriarte, quien fuera ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca desde la asunción del gobierno en marzo de 2020 hasta su salida en junio de 2021, se pronunció en contra de la modificación. "Contramano –resumió en su cuenta de Twitter–. Hoy el mundo tiende a limitar la caza deportiva. Es inadmisible considerar una actividad deportiva el matar animales, salvo que sean declarados plagas y por ende exista una razón para hacerlo. No compartimos en nada esta decisión".
CONTRAMANO
— Carlos Maria Uriarte (@uriartec1) May 4, 2022
Hoy el mundo tiende a limitar la caza deportiva.
Es inadmisible considerar un actividad deportiva el matar animales, salvo que sean declarados plagas y por ende exista una razón para hacerlo.
No compartimos en nada esta decisión.
https://t.co/DUPp7jCMZr vía @ladiaria
En diálogo con El Observador, el exministro apuntó a que esta medida avanza en sentido contrario al resto del mundo respecto a la caza como deporte, y señaló que la habilitación de esta actividad en la noche provoca "inseguridad", porque permite "el movimiento nocturno". Para Uriarte, "lo más probable que pase" es que se elimine a animales que no están considerados dentro de la nómina habilitada.
Pese a que durante su mandato no tuvo que tomar ninguna decisión sobre la caza, el exministro explicó su criterio. Uriarte considera necesaria la caza de plagas, pero prefiere "que no lo realicen los privados", sino el propio Estado. O que por lo menos sea una actividad que este controle. Así se desmotiva el espíritu de caza como deporte y se aseguran los parámetros dentro de los que se desarrolle con seguridad.
