El gobierno uruguayo expresó su "consternación" por "el quiebre del Estado de derecho" en Bolivia y calificó de golpe de Estado la renuncia del presidente Evo Morales.
"Uruguay considera que no existe argumento que pueda justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el presidente Morales su intención de convocar a nuevas elecciones, a partir del informe producido por la misión electoral de la Organización de Estados Americanos", expresó la Cancillería a través de un comunicado.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, dijo tras el Consejo de Ministros en la Torre Ejecutiva que el comunicado había sido analizado durante la sesión y que el gobierno estaba viendo "hora a hora" lo que ocurría.
"Personal de la cancillería y asesores de Presidencia tienen este tema como muy importante. No se entró en detalle sobre las valoraciones, pero para nosotros no es difícil interpretar eso", agregó en referencia al título del comunicado que calificó la situación como un golpe de Estado.
Rossi señaló que había ocurrido un “deslizamiento del funcionamiento institucional” y que si bien no había “demasiada información” todo indicaba que se había debido a “presiones de algunos sectores que no siguieron el camino constitucional”.
Este domingo, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, había preferido no opinar acerca de si la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia era golpe de Estado. En declaraciones a Telenoche, Nin Novoa adivirtió acerca de un "vacío de poder" en el país latinoamericano y dijo que estaba en diálogo con la embajada de Uruguay en Bolivia para conocer más de cerca los detalles de lo que estaba pasando en la jornada del domingo, que catalogó de "confusa".
El canciller explicó también entonces que hubo "conversaciones y sondeos" de "terceras personas" para pedir el asilo político de Morales en la embajada uruguaya, pero que no se habían tomado definiciones.
El partido de gobierno (Frente Amplio) también emitió una declaración pública donde manifiesta su "total condena" al "golpe de Estado consumado en Bolivia". Según señala el texto, el quiebre institucional se dio "por parte de grupos opositores violentos" a pesar de que Morales anunciara que realizaría un nuevo proceso electoral luego del informe presentado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
En el comunicado, el oficialismo "rechaza los actos de violencia y destrucción de los edificios públicos" así como las "amenazas" y la "persecución política" a funcionarios del gobierno. Por otro lado, expresó su "solidaridad" con el "hermano pueblo bolivariano" y exhortó a respetar la democracia y la institucionalidad.
Además de manifestar su apoyo al posicionamiento del gobierno uruguayo, desde la coalición de izquierda se realiza un pedido de nuevas elecciones. Se "hace un llamado urgente para que se lleva a cabo un nuevo proceso electoral garantizando una salida pacífica y democrática, sin injerencia extranjera, donde el propio pueblo bolivariano pueda elegir su gobierno", expresa el documento.
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