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Gustavo Petro afirmó que el ELN debe elegir entre el camino de Camilo Torres o el de Pablo Escobar
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó en el marco de la búsqueda de un acuerdo que permita alcanzar lo que su gobierno denomina la “paz total” un escueto y contundente mensaje en su cuenta oficial de Twitter en el que sugirió que al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la única guerrilla activa y reconocida del país, le queda el camino de la paz o un destino de muerte.
"O el camino del padre Camilo Torres Restrepo o el camino de Pablo Escobar", escribió tras las quejas del grupo insurgente por el anuncio unilateral del mandatario sobre un inminente cese del fuego, en una clara referencia al sacerdote católico Camilo Torres, quien fuera integrante del ELN y muriera en combate, pero que siempre se destacó por ser un dirigente dialoguista. Figura a la que Petro contrapuso a Pablo Escobar, quien lideró el Cartel de Medellín y fue muerto en una redada policial en 1993.
El mensaje, interpretado por algunos medios locales como una suerte de ultimátum para que el grupo negocie con el gobierno, llegó luego que Petro anunciara que cinco organizaciones, habían aceptado el cese el fuego, entre ellas el ELN, que inmediatamente desmintió el acuerdo y dio a entender que el reinicio de las negociaciones a fin de mes en México había ingresado en una fase de “crisis” por el adelanto del mandatario, al que calificó como de “unilateral”.
"Tras las declaraciones unilaterales del presidente Petro sobre el cese el fuego, presentadas como un acuerdo de la mesa de negociación, esta entró en una crisis que está por resolverse", manifestó el comando central del ELN en un comunicado.
Petro acompañó su posteo en twitter con una entrevista al legislador oficialista y presidente del Senado, Roy Barreras, quien se expresó en términos similares: "El ELN empezó su insurgencia hace 60 años, con unas ideas de exigencias sociales. O pasan a la historia como constructores de la paz total o pasan a la historia como una guerrilla que se degeneró en narcotráfico", advirtió.
En la entrevista, reproducida y comentada ampliamente por los medios locales, Barreras agregó que el ELN tiene “la primera oportunidad de construir historia” y enfatizó que los colombianos tienen “apresuramiento por parar la violencia y la muerte”.
Oferta para acercar posiciones
En ese contexto de posiciones encontradas entre el gobierno y la guerrilla, Rodrigo Londoño, el exlíder de las autodisueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras la firma del acuerdo de paz de 2016, se ofreció a dialogar con el ELN para facilitar las negociones. En una carta dirigida al líder del ELN, alias Antonio García, expresó su deseo de aportar a "la titánica tarea de lograr la paz total que anhela la nación colombiana".
"Respetado Antonio: no son pocas las razones que motivan esta carta. Por supuesto, una de ellas es que la búsqueda de la solución política y negociada al conflicto armado entre el Estado colombiano y el ELN, es un asunto público y de interés nacional", comienza la misiva enviada por Londoño y difundida a través de Twitter.
El exguerrillero recordó que del éxito del nuevo intento por dejar atrás el alzamiento armado dependen el bienestar de cientos de comunidades y la preservación de miles de vidas humanas, motivo por el cual afirmó su deseo de colaborar para sortear lo que definió como "las dificultades propias que se presentan en una negociación política".
"La experiencia que tuvimos en los diálogos de paz de La Habana, que dieron lugar a la firma del Acuerdo Final de Paz entre en el Estado colombiano y las extintas FARC nos mostraron que los enemigos de la paz son fuertes y poderosos", afirmó Londoño, al tiempo que aclaró que ninguno de esos factores son parte del Gobierno, pero advirtió que "acechan cualquier intento de solución negociada".
El ex comandante guerrillero subrayó que al actual Gobierno, fue "elegido democráticamente por millones de colombianos que sueñan con un país justo y en paz", y destacó el compromiso de Petro con lograr "un silenciamiento de los fusiles de todos los actores armados".
"Es evidente que al elegirlo, las mayorías de Colombia dieron un no rotundo a la violencia y la guerra, votaron por poner fin al uso de las armas en la política", argumentó Londoño, actual presidente del Partido Comunes, formación integrada por miembros de la extinta guerrilla y con cinco representantes en cada Cámara del Congreso, además de gobernar cuatro alcaldías.
"Confío en que las deliberaciones internas en el conjunto de la militancia del ELN nutrirán con propuestas encaminadas a alcanzar con prontitud un acuerdo de paz. Para tales efectos pongo a disposición la experiencia de las extintas FARC, convencido que en el intercambio respetuoso siempre florecen elementos novedosos para la solución negociada a la violencia persistente", agregó Londoño, quien cerró su misiva señalando su disposición a mediar bajo las condiciones que expresen el gobierno y el ELN.
“Máquinas de guerra”
Los cruces entre el gobierno y el ELN, como así también la carta abierta de Lodoño, ocurren cuando la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), nacida del acuerdo de paz de 2016 con las FARC, ordenó al Ejecutivo que reconozca a los menores reclutados por grupos armados como víctimas, y no como "máquinas de guerra", expresión usada por Diego Molado, el exministro de Defensa durante la presidencia de Iván Duque, después de un bombardeo a un campamento de las disidencias FARC en marzo de 2022 en el que murieron 12 jóvenes.
"¿Estos 12 niños estaban cargando los fusiles? ¿Estaban cargando las ametralladoras? Aquí lo que tenemos son máquinas de guerra formadas por ellos y buscando planear y desarrollar acciones terroristas”, señaló en esa ocasión Molano. Ahora, la resolución de la JEP advierte al Ejecutivo que esta clase de declaraciones son un incumplimiento de las normas constitucionales.
“Referirse a los niños, niñas y adolescentes reclutados o utilizados en el marco del conflicto armado como 'máquinas de guerra' negando su condición de víctimas para reducirlos a la expresión de 'graves delincuentes', constituye una clara omisión del Estado de cumplir con las obligaciones que le son impuestas por la Constitución Política", señaló el tribunal.
La JEP reclamó además en el mismo sentido que se tomen “acciones que contribuyan a eliminar los discursos justificativos, a reconocer que los menores reclutados son, ante todo, víctimas del conflicto armado y que en las operaciones en que puedan resultar afectados se deben respetar siempre los principios de precaución, necesidad militar, humanidad y proporcionalidad”, según publicaron los diarios colombianos El Espectador y El Nuevo Siglo.
