Una semana atrás, el pasado viernes 23, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) compartió en Twitter imágenes de una reunión entre autoridades del prestador público, el asesor del Ministerio del Interior, Andrés Capretti, y el nuevo gerente de seguridad: Gonzalo Larrosa.
"Nosotros necesitamos una autoridad en el Ministerio del Interior para que haga las conexiones correspondientes con las comisarías, los comisarios de cada uno de los sectores en el sentido de necesidad de móviles, personal, etcétera, en distintos lugares", explicó a El Observador, el gerente general de ASSE, Eduardo Henderson.
Al exjefe de la Policía de Flores y exdirector del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) lo nombró la cartera a pedido del prestador público.
Henderson explicó que "todo" empezó con el Centro Coordinado del Cerro de ASSE –pasará a ser parte del Hospital del Cerro cuando se inaugure en agosto el nuevo edificio– "que recibe 1.300 heridos de bala" al año, es decir, unos "tres baleados por día"; además de "otro tipo de traumatismos".
Cuando hay "enfrentamientos entre barras", en diferentes centros, pero por ejemplo en el Cerro, "vienen familiares o amistades de los heridos de bala de uno y otro bando" y "muchas veces se arman problemas en esos lugares", señaló Henderson.
"Determinamos que para darle mayor seguridad a los usuarios y a los funcionarios tenemos que tener alguna persona que entendiera el tema seguridad para ayudarnos en eso. El pedido que yo le hice al ministro Heber es que necesitábamos que el ministerio tomara las riendas del asunto", continuó.
"El ministro determinó en primer lugar que hubiera un refuerzo en la guardia del hospital del Cerro, pero además coordinamos con él una persona que tuviera el cargo de gerente de seguridad, que no fuera solo para el Cerro, sino que abarque todo lo que es el área metropolitana", sostuvo.
Larrosa está en "contacto directamente" con la gerencia general de ASSE desde donde le indican qué problemas hay para que "vaya a esos lugares a buscar la mejor solución profesionalmente hablando".
“Por ejemplo está trabajando en el Hospital Maciel", dijo Henderson. "Fue el primer pedido que le hicimos con algunos problemas de seguridad no solo en el hospital sino que en el entorno del hospital", añadió.
La noticia del nombramiento de Larrosa señaló, en varios medios, que el jerarca fue destituido como director del INR en noviembre de 2018, luego de que se conociera que brindó información falsa respecto a la muerte de un interno: el preso había muerto de un disparo de un guardia de seguridad y no apuñalado por otro recluso, como había indicado la cartera.
Además, en marzo de este año, renunció como jefe de la Policía de Flores en marzo tras admitir en una investigación administrativa que como director del INR aceptó pedidos de traslados de presos que le formulaba la diputada frenteamplista Susana Pereyra, esposa del fallecido ministro del Interior, Eduardo Bonomi.
Días antes de su renuncia, el exdirector nacional de la Policía, Mario Layera, lo había apuntado como responsable de autorizar las 13 visitas "conyugales" del narcotraficante Gerardo González Valencia, alias "El Cuini", que luego terminaron en reuniones a escondidas con el mafioso italiano Rocco Morabito en Cárcel Central.
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