Jair Bolsonaro dice temer que la Justicia allane viviendas de su familia en una causa por lavado de dinero

"Lo único que falta es que la semana que viene allanen las casas de mis familiares. Son unos cobardes los que me acusan de corrupto y lo hacen a un mes de las elecciones para que no tenga tiempo de defenderme", afirmó el excapitán del Ejército, que marcha según coinciden los sondeos unos 13 puntos por debajo del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la intención de voto para los comicios del 2 de octubre.

Según una investigación del portal de noticias UOL, en los últimos 30 años, de los 107 inmuebles que sus hijos, dos exesposas, dos excuñados, hermanos y su madre compraron desde los años noventa a la actualidad, 51 fueron adquiridos con dinero en efectivo. La investigación derivó en una denuncia de la oposición, que solicitó al Supremo Tribunal Federal que investigue por supuesto lavado de dinero a la familia Bolsonaro, teniendo en cuenta que el presidente fue diputado desde 1992 hasta 2018 y tres de sus cinco hijos son legisladores.

Ofuscado, en diálogo con los periodistas de la radio y canal oficialista Jovem Pan, Bolsonaro reaccionó por primera vez a la denuncia. "Se meten con mi madre que falleció este año, se meten con mis dos exesposas a las que no veo más. Quieren elegir a dedo a Lula, se ve", dijo irritado.

"Me quieren rotular de corrupto para sacarme de la elección", dijo ante los micrófonos de Jovem Pan, la principal cadena oficialista brasileña, una radio popular y de gran alcance informativo.

Bolsonaro, además, cargó contra la decisión del Tribunal Superior Electoral de prohibir la portación de armas y el uso de celulares en los centros de votación, medida que el tribunal justificó por temor a que se produzcan hechos de violencia política. “Ahora inventan la violencia política para prohibir el acceso a las armas cuando un pueblo armado jamás será esclavizado. Todas las tiranías son precedidas por el desarme de la población civil", sostuvo en un tramo de la entrevista.

Con relación a los celulares, Bolsonaro fustigó la decisión y argumento que en 2018 "decenas de miles de personas se filmaron mientras votaban captando irregularidades en la urna electrónica". También se refirió los supuestos posibles ataques contra el orden constitucional durante las ceremonias por la celebración del bicentenario de la independencia del país. Bolsonaro minimizó la cuestión y consideró que cualquier protesta “incluso la que pida el cierre de la corte suprema” forma parte de la "libertad de expresión".

Pese a que en las últimas semanas aseguró que aceptará el resultado de la elección presidencial en caso de perder ante Lula de Silva, el presidente volvió a agitar el fantasma del fraude en su contra, sin aportar pruebas y pidiendo voto impreso.

"Las elecciones limpias y transparentes no deben ser cuestionadas. De cero a diez confío diez en Paraguay, Colombia, Chile y Francia, donde el voto es de papel. En el resto, hay que estar preocupado", afirmó para luego quejarse de una supuesta parcialidad de parte de los ministros del Tribunal Superior Electoral.

También criticó al ministro de la corte Edson Fachin por suspender hasta el fin del período electoral los decretos presidenciales que facilitan el acceso a armamento por parte de la población civil y fustigó los allanamientos a su exministro y candidato a senador Sergio Moro, el exjuez de Lava Jato.

Además, defendió a los ocho magnates oficialistas cuyos domicilios fueron allanados por haber dicho en las redes sociales Whatsapp y Telegram que habría que no reconocer una eventual victoria de Lula y ejecutar un golpe de Estado. "Es una cobardía lo que les hicieron a Moro y a los empresarios", finalizó Bolsonaro.