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La comparsa campeona defenderá el título con los tambores de La Teja y un homenaje a la gramilla
Cenceribó, la comparsa de La Teja, bicampeona del Desfile de Llamadas, saldrá a defender la corona este viernes 10 con un espectáculo en el que se expondrá un homenaje a dos de las figuras emblemáticas en cada formación candombera: la mama vieja y el gramillero.
Tal relevancia tendrán esos personajes en el show que Cenceribó brindará por Carlos Gardel e Isla de Flores que habrá siete parejas de “gramilla”, adelantó Federico Duarte, uno de los directores del conjunto. El reglamento solo exige un mínimo: dos parejas.
Explicó que en la época colonial los esclavos aprovechaban la ausencia de sus amos para usar su ropa de fiesta y divertirse, por eso es que la mama vieja y el gramillero lucen prendas que entonces eran de las mejores, las que hoy los distingue en la comparsa.
El gramillero suele estar relacionado con el oficio de la medicina ritual (por eso suele tener una valija con yuyos) y la mama vieja era la encargada de diferentes labores en las casas (por eso a veces se las ve con bolsas con ropa para lavar sobre la cabeza).
Cenceribó tiene como base de actividades el Centro Deportivo A Punto y durante todo el año “sale de llamadas” los fines de semana, en una procesión que parte desde José Marmol y Real. Para este año, los ensayos de la cuerda de tambores y del cuerpo de baile comenzaron a mediados del 2022 y todo se fue acentuando desde octubre.
Amor, alegría, Progreso y el negro
El nombre de la comparsa significa “amor y alegría”. Es, en realidad, el nombre de un santo en la cultura afrocubana. Los colores de la comparsa son el rojo y amarillo, los del club de fútbol del barrio, Progreso, además del negro, en homenaje a la raza forjadora de la cultura candombera.
Este viernes, en el tradicional desfile que se hace por calles de los barrios Sur y Palermo, Cenceribó presentará a 145 integrantes (allí se cuentan los tamborileros, el cuerpo de baile, vedetes, portaestandarte, portabanderas, de medialunas y de estrellas, escoberos y los integrantes de la gramilla). A ellos se le añade un grupo de 20 personas como personal de apoyo.
Ser la primera en salir a mostrar su propuesta al jurado y al resto del público “es un orgullo, un privilegio, una responsabilidad”, aseguró Duarte. Eso, salir primera, es un derecho reservado para la campeona del año anterior.
“Para nosotros haber ganado dos veces ya es tremendo, porque se compite con comparsas tradicionales muy importantes, como Sarabanda, Yambo Kenia, C 1080, Valores y también con muchas comparsas nuevas que están empujando con mucha fuerza”, añadió.
Duarte admitió que el componente de pasión es fundamental para estar en esta actividad cultural. Poner la comparsa a desfilar tiene un costo estimado en al menos $ 750 mil y el premio al campeón es $ 500 mil. El respaldo de empresas que patrocinan a Cenceribó es fundamental, porque esta comparsa no hace tablados. Sí es contratada para espectáculos especiales. Por ejemplo, el 21 de febrero participará en el Desfile de Llamadas en Florida.
Eso guarda relación con que toda la gente de la comparsa tiene otras actividades. Por ejemplo, Duarte es kinesiólogo y desarrolla esta actividad profesional en el club Uruguay Montevideo, en el vecino barrio Pueblo Victoria.
De menos a más
Cenceribó se creó en 2005 y durante cinco años se desarrolló en la denominada movida joven organizada por la Intendencia de Montevideo, donde siempre fue parte del trío de comparsas que cada jurado elegía como las mejores.
Luego tomó la decisión de saltar a las Llamadas y durante cuatro años rindió la exigente prueba de admisión, sin alcanzar un cupo para desfilar en febrero (desde 2011 a 2014).
Por primera vez clasificó para desfilar en 2015 y de ahí en adelante todo fue superación: en 2016 ocuparon el puesto 22°, en 2017 el 7°, en 2018 el 4°, en 2019 fueron vicecampeones y luego llegó el bicampeonato en 2020 y 2022 (en 2021 el desfile se canceló, por la pandemia de covid).
