Cándido celebra el 2-0

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El clásico del chárter: las razones de cómo Nacional goleó a Peñarol afuera de la cancha y le ganó adentro

En la planificación más perfecta que se recuerda en un partido de fútbol, Nacional le ganó por goleada a Peñarol en la vuelta del clásico al Parque, recibió antes a los jugadores y gastó menos en el chárter que los aurinegros
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04 de julio de 2021 a las 20:23

Los libros de la centenaria historia de los clásicos del fútbol uruguayo dirán que el 4 de julio de 2021, en el regreso de los Nacional-Peñarol al Gran Parque Central después de 92 años, se produjo uno de los triunfos tricolores más épicos y memorables que se puedan recordar, porque a través de una rigurosa planificación institucional y deportiva, goleó a los aurinegros en todos los aspectos y venció 2-0 en el campo de juego.

Con este triunfo, que implica una demoledora imposición deportiva, política e institucional en su más amplia dimensión, el club que preside José Decurnex, plantó otro mojón en los últimos 23 años de dominio sobre Peñarol, después que los tricolores tocaron fondo tras el quinquenio aurinegro (1993-1997) y resurgieron con una versión institucional fortalecida y ganadora.

En tres días, Nacional construyó la obra perfecta, que terminó cuando Gustavo Tejera pitó el final del partido de la novena fecha del Torneo Apertura, y comenzó cuando la organización deportiva y política del club resolvió jugar al límite, dentro de las reglas de juego y sin infringir ningún reglamento.

En su perfecta estrategia para el clásico que volvía al Parque, Nacional cubrió todos los escenarios y no dejó nada librado al azar.

1) Ante la posibilidad que Uruguay quedara eliminado en la Copa América de Brasil, contrató un vuelo privado, que el sábado de noche esperaba en el aeropuerto de Brasilia para traer a los jugadores tricolores a Montevideo. Antes del partido Uruguay-Colombia, con el menor margen posible para dar tiempo a la reacción de Peñarol, Nacional le comunicó a Ignacio Alonso que se llevaría a los jugadores apenas quedaran liberados. Tras la derrota, la AUF dejó en libertad a los futbolistas y a las 5 de la mañana llegaban a Montevideo. Mientras eso ocurría, los jugadores de Peñarol dormían en Brasilia, y en la mañana volaban a Uruguay para integrarse al plantel dos horas antes del partido.

Ocampo remata para el 1-0

2) El vuelo chárter que pagó Nacional tuvo un costo de US$ 20.000. Peñarol, que consiguió el vuelo privado a través de las gestiones que hizo la AUF, tuvo que pagar US$ 30.000.

3) El técnico Cappuccio conocía la decisión institucional y había planificado dos partidos, con los tres titulares de la selección (Rochet, Cándido y Ocampo) y sin ellos. En la semana trabajó en la cancha sobre un plan, y en su mente con otro. El sábado de noche puso en marcha el plan B. El domingo el plantel se reunió antes del mediodía en un hotel y terminó de presentar a sus jugadores la planificación para el clásico.

4) Mientras el técnico tricolor ya tenía el plan armado para ganar el clásico y había planificado la estrategia con Rochet, Cándido y Ocampo, recién llegaban a Los Aromos Giovanni González y Facundo Torres. Los jugadores se encontraron con sus compañeros después de las 13.

5) Mauricio Larriera, el entrenador de Peñarol, que había trabajado con un único plan (sin los de la selección), prefirió seguir con lo que propuso en la semana y guardó a los seleccionados Torres y Gio González en el banco.

6) En el campo de juego quedaron reflejadas las diferencias. Nacional tuvo a los tres seleccionados como titulares (Ocampo jugó 82 minutos, Rochet y Cándido 90), y Peñarol los utilizó en el segundo tiempo (Torres 45 y Gio González 39).

Hasta allí lo estratégico, sobre lo que, al pasar raya, Nacional puede decir que construyó el triunfo clásico más épico que se recuerda en la modernidad porque con un gol de Ocampo, y una variante táctica de Cappuccio en los últimos minutos del encuentro terminó en el 2-0 de Cándido, selló una victoria que perfectamente los tricolores podrán recordar con emoción.

En el anecdotario quedará que Peñarol se descansó y no supo abordar todos los detalles de planificación de un partido tan especial como la vuelta de un clásico al Gran Parque Central.

¿Qué pasó en la cancha?

Con la ventaja que consiguió Nacional con sus buenos oficios, Peñarol entró perdiendo el clásico, y ese golpe de efecto resultó indisimulable. Aunque pudo haber multiplicado la rebeldía de los aurinegros, perdió en el terreno deportivo en un duelo que era parejo y donde los pequeños detalles harían la diferencia.

Además, Nacional lo ganó en todos lados. Desde la falta al minuto de juego de Corujo a Álvarez Martínez, en una situación tan vieja como los clásicos, en la que el defensa trata de amedrentar al delantero para disminuir su juego en el área, hasta el error arbitral que perjudicó a Peñarol.

Porque también Nacional se vio beneficiado por el arbitraje, en el único error que existió y en el que no pudo intervenir el VAR. A los 15 minutos, Neves cometió una falta sobre Canobbio que hubiera sido la segunda tarjeta del partido y su expulsión. El juez Tejera no lo consideró así, porque cinco minutos antes le había mostrado la primera.  

D'Alessandro y Cándido

Nacional debió jugar 75 minutos con 10 futbolistas. Sin embargo, no ocurrió porque el árbitro no advirtió la falta para amarilla y el VAR no puede participar salvo que sea para expulsión directa.

Peñarol llegó tarde a todo, en un partido que comenzó con una intensidad alta pero que rápidamente se apagó en la primera parte.

Cuando en el segundo tiempo Larriera mandó a Torres, los aurinegros asumieron el control del juego, pero Rochet se vistió de figura. El entrenador aurinegro confió el cierre del partido en el lateral derecho a Juan Acosta por Maxi Pereira, y el cambio le salió tan mal que un error del lateral en la primera jugada posibilitó la acción de Ocampo que terminó en el 1-0. Y tan maximizados quedaron los aciertos de Cappuccio que con el ingreso a los 81' de Almeida como lateral por Ocampo (para dar más seguridades defensivas ante la embestida de Peñarol en el final) y Cándido a la zona de volantes, consiguió que el otro jugador de la selección, tras una jugada al mejor estilo de un 10, dejara rivales por el camino y pusiera el 2-0 definitivo.

Ganó Nacional en el clásico y goleó Nacional en todos los aspectos de la organización, porque refuerza su domino ante Peñarol en todas las áreas. Aunque solo hayan jugado un partido de fútbol y esta victoria no lo deje más cerca ni más lejos del título del tricampeonato en el Uruguayo que persiguen los tricolores, le brindó una recompensa que solo quienes la disfrutan y la sufren saben lo que impacta en las estructuras de los clubes a todos los niveles (deportivos, dirigenciales e institucionales), en un mes en el que habrá otros dos clásicos por la Copa Sudamericana.

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