La fiesta del hincha de Nacional desde adentro de la tribuna

Leonardo Carreño

Debido a que apenas 2.000 podrán concurrir al partido por el Apertura (la venta era exclusiva para socios y se agotaron enseguida), muchos fueron esta mañana para estar cerca de los futbolistas y hacerles sentir su aliento en vísperas del partido más importante del semestre.

Desde muy temprano (las puertas abrieron a la hora 9 y se ingresaba con un alimento no perecedero) los hinchas se acercaron al Parque con una bolsa de fideos debajo del brazo o compraron un paquete de polenta en el almacén de la esquina. 

Mate humeante, familias enteras, niños, banderas, gorros. Fue una fiesta de las que cada vez se ve menos en el fútbol uruguayo.

Leonardo Carreño

"A pesar de la lluvia igual vinimos en familia, porque a un partido no podemos ir todos. Por los precios y por la inseguridad", contó Alberto a Referí, un cuarentón que llegó ataviado con una bandera tricolor sobre los hombros y dos niños chicos que saltaron durante las dos horas que estuvieron en la tribuna.

Bombas de estruendo y aplausos a rabiar cuando los futbolistas aparecieron en la cancha del Parque Central, pasadas la hora 10, para comenzar el entrenamiento. 

Encabezados por Sebastián Fernández, que se reía como si estuviera en la tribuna saltando con los hinchas, el plantel se acercó a las tribunas para saludar al público que los recibió con canciones.

"Acá está la gloriosa banda del tricolor, la que va a todas partes la que llora por vos..." y así continuaron con "no me importa donde juegues, porque yo voy a cualquier lugar, Nacional es un sentimiento, que no se puede explicar" y terminaron con el "jugadores, jugadores...".

Leonardo Carreño

"Pah, loco, esto es hermoso. Mirá cómo tengo la piel. Qué lindo que es ser de Nacional", contaba un hincha que se sacaba selfies con otro y llenaba los grupos de whatsapp.

Esteban Conde y Luis Mejía se acercaron al arco de la Abdón junto al entrenador Leonardo Romay y fueron recibidos con palmas, a lo que ellos también respondieron con aplausos.

El viento dos por tres acercaba el aroma a hierbas, pero en estas épocas es todo legal. Los tricolores disfrutaban de su fiesta mientras los futbolistas entrenaban. Un entrenamiento leve, con muchos juegos recreativos y sonrisas. Participaron 22 futbolistas, que una hora y media después de haber ingresado al campo, se acercaron nuevamente al público para despedirse.

Fuegos artificiales, humo, banderas arriba, más versos de la banda sinfónica de la Abdón y los jugadores abrazados en la cancha, tratando de recibir toda esa energía para el partido de este domingo. 

El 2 de febrero de este año Nacional realizó por primera vez el banderazo con sus hinchas. Concurrieron 7.000 personas al Gran Parque Central. Al día siguiente el tricolor le ganó por penales a Peñarol y se coronó campeón de la Supercopa Uruguaya.

Y las cábalas, cuando salen bien, hay que repetirlas.