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La jugada de ajedrez de Ignacio Alonso: del asado a las finales únicas de la Libertadores y Sudamericana
La designación de Uruguay como sede de las finales únicas de Conmebol (Libertadores y Sudamericana que se jugaron en noviembre) fue un logro que la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y el gobierno conquistaron en varias etapas.
El primer intento de la AUF por ser anfitrión de los partidos más importantes del fútbol continental lo hizo en abril de 2020. En ese momento se postuló para la final de la Libertadores 2022. El mundo estaba en plena pandemia y la AUF había comenzado a trabajar tímidamente sin apuros pensando en recibir una final 30 meses después.
Sin embargo, la visión del presidente de la AUF, Ignacio Alonso, el oficio político del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, la cercanía del secretario nacional del Deporte, Sebastián Bauzá con el fútbol, y que distintas situaciones se fueran alineando, desembocaron en un escenario imprevisto: el 13 de mayo de 2021 y en una decisión inédita, el Comité Ejecutivo de Conmebol le otorgó a la AUF las finales únicas de Libertadores (se jugó el 27 de noviembre) y Sudamericana (20 de noviembre) al histórico Estadio Centenario.
Para llegar a la confirmación de mayo, hubo tres elementos claves y figuras determinantes:
1) el vínculo que Ignacio Alonso comenzó construir con Alejandro Domínguez desde 2019. El presidente de la AUF asumió en mayo de 2019. En noviembre de ese año el ejecutivo de Conmebol lo votó para integrar el ejecutivo de FIFA. El 19 de junio de 2020, quedó oficializado como miembro de FIFA.
2) la movida de Pedro Bordaberry, la visión política de Alonso y el aporte clave de Lacalle Pou. Esto ocurrió el 18 de marzo de 2021. Ese día, City Torque presentó su nuevo complejo deportivo. Bordaberry, quien durante su actuación como presidente de la comisión normalizadora de la AUF (impuesto por FIFA y Conmebol), generó un vínculo cercano con Domínguez, le invitó personalmente y el paraguayo llegó a Montevideo para el acto. Alonso vio la jugada y sin saber cómo se iba a desarrollar de allí en más el juego y hasta dónde podían llegar, puso en funcionamiento su apuesta al futuro: organizó un asado en una barbacoa en el Prado en la que invitó a Bordaberry como anfitrión de Domínguez, Bauzá, Lacalle Pou y el presidente de la AUF.
Fueron cinco. Nadie más. En la misma mesa sentó a Domínguez y al presidente de la República, quien ofreció todo su oficio político. Lacalle Pou habló sobre la gestión que Uruguay hizo sobre las vacunas. Domínguez se interesó en todos los detalles, porque buscaba un golpe en su gestión en Conmebol, y Lacalle Pou avanzó para que un mes después Conmebol tuvieran 50.000 vacunas gratis de Sinovac. Eso se transformó en un salto en la imagen de Domínguez en el concierto mundial: Sudamérica fue la primera confederación que vacunó a todos sus futbolistas y que organizó la Copa América y sus competencias internacionales de clubes con todos sus protagonistas vacunados en tiempos en lo que escaseaban las vacunas.
3) El trabajo que hizo Uruguay, con Jorge Casales y Andrea Lanfranco, ambos integrantes del comité ejecutivo de la AUF, para remodelar el Estadio Centenario en 105 días y ponerlo a la altura de lo que exigen las competencias internacionales de elite.
