El equipo de Peñarol 1918 que fue campeón uruguayo y de la Copa de Honor Cusenier

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La pandemia de 1918 le dio un título a Peñarol porque Nacional no se presentó al clásico

Por entonces, la gripe española arribó a Uruguay y la competencia prosiguió; el tricolor había jugado tres días antes por el Uruguayo, pero para este partido, adujo que varios de sus jugadores se contagiaron y decidieron no jugar
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01 de agosto de 2020 a las 05:04

El 30 de octubre de 1918, el diario La Razón titulaba: “La epidemia de grippe parece que tiende a decrecer”. Grippe, con doble “p” se escribía entonces ya que lo traducían del francés.

Eran los primeros días en Uruguay de lo que fue la pandemia por gripe española que azotó al mundo y que mató un número que nunca fue claro, pero se estima entre 40 y 50 millones de personas.

En realidad se la conocía por “gripe española” porque los medios informativos de ese país fueron los que la dieron a conocer, pero la misma, surgió en realidad en la Primera Guerra Mundial.

La campaña que comenzaba contra la gripe española en el diario El Plata a fines de octubre de 1918

El día anterior, el diario El Plata informaba que “la epidemia conserva su carácter benigno”, aunque igualmente, el Consejo Nacional de Higiene aconsejó “la clausura de teatros, templos, escuelas, etc.” y se suprimía “la visita a los cementerios”.

Al igual que ocurrió con el covid-19, Uruguay fue el último país de América Latina en tener casos de la gripe española.

Ese mismo 30 de octubre en el que se anunciaba que decrecía la gripe, Nacional tomó una resolución drástica. No presentarse al clásico por la semifinal de la Copa de Honor Cusenier ante Peñarol que se debía disputar el 1° de noviembre.

La carta de Nacional a la AUF renunciando a jugar el clásico de la Copa de Honor ante Peñarol

En una carta enviada al presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, decía textualmente: “Señor Presidente: en conocimiento de que anoche la Asociación de su digna Presidencia ha dispuesto que pasado mañana se realice el match semi-final de la Copa de Honor entre Peñarol y Nacional, la Comisión que accidentalmente presido se ha visto en el caso urgente de reunirse para adoptar la única resolución que cabe en esta emergencia, en vista de la imposibilidad de presentar cuadro ya que no solo se encuentran enfermos todos los componentes del primer team (menos el señor Rodolfo Marán), sino también la mayoría de los elementos de las divisiones inferiores que pudieran actuar con alguna probabilidad de éxito.

Esa resolución, que muchos lamentamos, pero que se impone, como el señor Presidente comprenderá, es la de renunciar de antemano a la intervención de nuestro Club en el referido match de la Copa de Honor.

Si el señor Presidente juzga necesaria la presentación de los respectivos certificados médicos, se servirá indicárnoslo, para proceder en consecuencia.

Saludo al señor Presidente con mi mayor consideración. Firmado: Mario Restano, presidente ad-hoc; Romeo Puppo, prosecretario”.

Tres días antes, el 27 de octubre, Nacional había jugado sin problemas por el Uruguayo ante Dublín al que venció 3-1.

Tres días antes de que se debiera jugar el clásico, Nacional enfrentó a Dublín por el Campeonato Uruguayo como muestra La Razón

Aquella tarde, los tricolores pusieron a su mejor equipo: Paravís; Urdinarán y Cambre; Naguil, Zibecchi y Vanzino; Charlone, Héctor Scarone, Carlos Scarone, Marán y Romano.

Los detalles del clásico ya estaban fijados. Se iba a disputar aquel viernes 1° de noviembre en el Parque Pereira que había sido la sede el año anterior de la Copa América que consiguió Uruguay.

El árbitro designado era Ángel Minoli, y sus ayudantes Scoteguazza y Marticorena. La hora de inicio era las 2.45 pm, según anunciaban los diarios de la época y los precios eran los siguientes: Entrada general: $ 0,15, entrada a tribuna $ 0,50, plateas $ 1,00 y palcos $ 3,00.

El diario El País informó en un suelto, los jugadores enfermos: “Urdinarán ha ingresado a un sanatorio a fin de seguir un tratamiento del mal que sufre. Héctor Scarone, que sufre las consecuencias de una pertinaz grippe, sigue igual, habiendo sobrevenido una fuerte bronquitis. Lo mismo le pasa a Marán (aquí se contradice con el comunicado de Nacional). Artigas, es el único jugador de Peñarol que en la actualidad se encuentra enfermo, pues los demás, han abandonado la cama”.

El suelto del diario El País en 1918 sobre los engripados de Nacional que abarcaba no solo a sus futbolistas

El citado matutino que entonces tenía un mes y medio de existencia, también expresaba: "La grippe es un gran enemigo de Nacional”, ya que no solo se contagiaron los jugadores, sino hinchas, el presidente y el delegado de la institución Rodolfo E. Bermúdez. 

La Razón, le agregaba a Pérez como otro engripado en los aurinegros. “Benincasa, Chery y Gradín, en cambio, han vuelto a renaudar sus actividades”, informaba.

El comentario del diario La Razón del clásico entre Peñarol y Nacional por la Copa de Honor de 1918 que nunca se jugó

Sobre lo que fue el día del partido, el mismo periódico contó detalles de cómo se llevó a cabo la jornada.

“Asistimos ayer tarde al Parque Pereira. A último momento habíamos informado que la primera escuadra aurinegra, haría un match de práctica con la segunda. La noticia corrió vertiginosamente. Por eso muchos aficionados se dirigieron hasta el field.

Sin temor de exagerar, podemos decir que llegaban a mil quinientos. Cuando el árbitro Sr. Ángel Minoli, comprobó que la hueste nacionalófila, no llegó a la cita, llenó el formulario haciéndolo constar y retirándose luego de que el capitán de Peñarol llenó el cuadro, con los nombres de sus jugadores, que eran los siguientes: Chery; Rognoni y Reggiardo; Ruotta, Delgado y Carazús; Leyenda, Gesuele, Luccini, Gradín y Cámpolo.

Como se ve, Peñarol clasificóse campeón uruguayo de la Copa de Honor sin jugar. Con la gente de que disponía no le hubieran ido muy bien las cosas, si los albos constituían team.

Benincasa, Pérez y Artigas, estaban enfermos. No se encontraban, pues, en condiciones de actuar.

Piendibene y Pacheco llegaron también con sus compañeros. Ignoramos por qué sus nombres no figuraban en la planilla. Finalmente, la policía desalojó a todos los aficionados por cuanto autoridades que suponemos de la Comisión N. de E. Física, no permitieron la realización del encuentro concretado entre los equipos primero y segundo”.

En menos de un mes, había otro clásico fijado –por el Uruguayo– y en este sí se presentó Nacional en el Parque Central. Ganó Peñarol 1-0 y una fecha después se coronó campeón.

Una semana después de ese clásico, los aurinegros golearon 4-0 a Independiente y se llevaron la Copa de Honor Cusenier.

La Copa de Honor Cusenier que ganó Peñarol en 1918

El del próximo domingo 9 de agosto será el segundo clásico en una pandemia, pero con características muy diferentes.

En Uruguay, aquella pandemia de gripe española que azotó muchísimo al mundo, no fue tan dura desde el punto de vista de la mortalidad contando con un 0,7%. Según se publicó en un artículo en la revista Americanía de Sevilla en su número 6 de julio-diciembre de 2017, la primera ola entre setiembre y diciembre de 1918 contó con 926 muertos (139 en Montevideo) y la segunda, entre julio y setiembre de 1919, tuvo 1.089 fallecidos, con 313 en la capital.

Mientras tanto, por entonces, al fútbol se seguía jugando sin problemas.

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