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La Unión Europea comienza el boicot al petróleo ruso y pone tope de US$60 por barril
La Unión Europea (UE) aplica desde este lunes un embargo a todas las importaciones de petróleo ruso transportadas por barco al bloque comunitario, y también rige la prohibición de transportar el crudo de Moscú vendido a terceros países a un precio superior a US$ 60 por barril acordado por las potencias del G7.
El objetivo declarado del embargo, que desde el 5 de febrero próximo afectará también las importaciones de derivados del crudo, es minar la capacidad económica de Rusia para financiar sus operaciones militares en Ucrania.
Pero las medidas generan inquietud ya que el Kremlin ha asegurado que cortará totalmente sus ventas a las naciones que aplique ese tope.
Por añadidura, la los países productores de petróleo nucleados en la Opep+ resolvieron durante su cumbre el fin de semana seguir aplicando su plan de reducción de la producción.
El resultado de este combo aún está por verse ya que despierta tanto la expectativa de un abaratamiento de la energía, como el temor a una escasez y un nuevo encarecimiento de combustibles.
El embargo europeo afecta al 90 % de todo el petróleo que Rusia vendía antes de la guerra a los socios europeos. Según manifestó el domingo en Bruselas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son unos 100 millones de toneladas, el equivalente a 730 millones de barriles anuales.
El veto a las compras de petróleo ruso por parte de los estados miembros de la UE recoge una excepción para Hungría, que podrá abastecerse a través del que le llega por gasoducto gracias a la letra pequeña que el primer ministro Viktor Orbán pidió en dichas negociaciones.
La puesta en marcha del tope al precio del barril, propuesta por la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, fue una de las medidas mas discutidas antes de llegarse a un acuerdo en el bloque comunitario.
En este marco, los 13 países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus 10 aliados (OPEP+), encabezados por Arabia Saudita y Rusia, acordaron este fin de semana mantener recortada su oferta petrolera.
La reducción acordada en octubre es de 2 millones de barriles diarios (mbd) hasta finales de 2023, un fuerte recorte del 2 % de la oferta petrolera mundial. El nivel de bombeo del grupo quedó establecido en 41,85 mbd, elevando de este modo los “petroprecios” y desatando la ira de las naciones consumidoras.
Esa cuota excluye las extracciones de los socios de la OPEP Venezuela, Irán y Libia, exentos del compromiso de limitar su producción debido a las caídas involuntarias que ha sufrido su industria petrolífera a raíz de conflictos y sanciones.
Washington acusó en su momento a Riad, capital de Arabia Saudita, de alinearse con Rusia y calificó de “errónea” la decisión, tanto por su impacto en la recuperación de la economía mundial, como por socavar las sanciones occidentales impuestas a Moscú por su agresión contra Ucrania.
Arabia Saudita, líder natural de la OPEP por ser de lejos el mayor exportador de crudo del planeta, rechazó entonces las críticas y este domingo logró el apoyo explícito de todos los socios.
En su declaración final, los ministros aseguraron que la rebaja del bombeo “fue impulsada exclusivamente por consideraciones de mercado”, cuya evolución reciente demostró que era “necesaria y correcta para estabilizar los mercados mundiales de petróleo”.
Subrayaron además que seguirán “adhiriéndose al enfoque de ser proactivos y preventivos”, dispuestos “a reunirse en cualquier momento” para tomar medidas adicionales inmediatas si es necesario.
El sostenido abaratamiento que ha registrado el petróleo desde mediados de octubre, presionado principalmente por un menor consumo de combustibles en China, parece haber dado la razón a la OPEP+.
El valor del barril ha perdido todo lo que había ganado durante el año y ha regresado al nivel que tenía antes del inicio de la invasión rusa a Ucrania de fines de febrero, aunque mantiene una elevada volatilidad.
El petróleo Brent, referente en Europa, quedó el viernes en US$85,62 por barril, un 1,45 % menos que al finalizar la sesión anterior; mientras que el del estadounidense petróleo intermedio de Texas (WTI) retrocedió un 1,5 %, hasta US$ 79,98 por barril. Estas cotizaciones distan mucho de los picos de casi US$ 130, registrados a principios de marzo.
El precio del barril de crudo de los Urales se sitúa actualmente en torno a los US$ 65, apenas por encima del tope de US$60, lo que implica un efecto limitado a corto plazo.
La próxima reunión se fijó para el 4 de junio de 2023, pero el grupo se mostró dispuesto a reunirse "en cualquier momento" de aquí a esa fecha para tomar "nuevas medidas inmediatas" si fuera necesario.
El statu quo se justifica por "la incertidumbre sobre el impacto en la producción de crudo ruso" del nuevo paquete de sanciones, comentó para AFP Giovanni Stauvono, analista de la consultora UBS.
El vice primer ministro ruso encargado de la Energía, Alexandre Novak, reiteró este domingo que su país está trabajando "en mecanismos para prohibir el uso de la herramienta de limitación de precios, cualquiera que sea el precio establecido".
"Estas interferencias sólo pueden conducir a una mayor desestabilización del mercado y a una escasez de recursos energéticos", añadió.
