El obrero tiene los pies hundidos en el agua con su mameluco azul lleno de barro, y espera que la perforadora vuelva a hundirse 14 metros dentro de la tierra. La máquina saca agua y piedras, que luego una retrocargadora subirá a un camión. El proceso se repetirá una, dos, tres, diez, cuatro mil veces y tiene como meta final hacer un túnel sin techo que recorra por debajo la ciudad de Las Piedras. Por allí pasará el tren que transportará celulosa desde la planta de UPM –en Paso de los Toros– al puerto de Montevideo.
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