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Lacalle Pou limpió al gobierno de implicados en el caso Marset y aseguró que “sabrán defender su honor” en la Justicia
Una de las primeras cosas que le dijo Luis Lacalle Pou a los líderes de la coalición era que Luis Alberto Heber, Guillermo Maciel y Roberto Lafluf iban a dejar de integrar el gobierno. Que iba a aceptarles las renuncias y que ya tenía resuelto quiénes serían sus relevos.
Era lo que Pablo Iturralde, Julio María Sanguinetti, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y Daniel Peña habían ido a escuchar.
Con diferente intensidad, incluso algunos sin emitir sonido, todos consideraban necesarias las salidas como forma de limpiar al gobierno y empezar a desactivar la crisis política desatada tras las revelaciones ante la Fiscalía de la exvicecanciller Carolina Ache por la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
Según reconstruyó El Observador con participantes de la reunión, tal como luego lo hizo en conferencia de prensa, el mandatario repasó cómo fue todo el proceso, les contó que la reunión en el piso 11 de la Torre Ejecutiva en la que Roberto Lafluf solicitó a Ache y Maciel que eliminaran sus chats fue convocada a pedido suyo y les consultó su opinión acerca de toda la situación.
Los socios le dijeron que estaban conformes y que lo apoyaban. A su vez, Manini Ríos le contestó que no iban a “agrandar el conflicto” porque consideraban satisfactorias las medidas tomadas.
Las respuestas, más allá del feedback de los socios, permitieron saber que Cabildo Abierto no estaba dispuesto a acompañar otras iniciativas parlamentarias como una moción de censura o juicio político, un extremo que sin que ningún partido político lo manejara públicamente había quedado arriba de la mesa luego que los cabildantes dijeran que no descartaban “ninguna de las opciones”.
A su vez, los socios coincidieron en que no se trataba de una “crisis institucional” e hicieron énfasis en que había un problema político que se resolvía con medidas políticas.
“El presidente ordenó la situación y entregó todo lo que había que entregar”, graficó uno de los líderes al ser consultado por El Observador.
Tristeza y perfiles
Tras aterrizar en Carrasco, Lacalle Pou se fue a Suárez y Reyes para reunirse con la vicepresidenta Beatriz Argimón y el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.
Luego, tuvo un encuentro con Heber y Maciel y empezó a llamar a los nuevos integrantes del gabinete: Omar Paganini (Relaciones Exteriores), Nicolás Martinelli y Pablo Abdala (Interior) y Elisa Facio (Industria).
“Fueron días duros. Y hoy, particularmente difícil”, relató un alto jerarca acerca de la situación.
Otro informante enfatizó en que la crisis terminó barriendo con Heber y Bustillo, a cargo de dos de los ministerios conocidos como “del presidente” por tener bajo su mando la seguridad y la política exterior.
Ambos venían siendo cuestionados y de hecho el primero preveía dejar su cargo en marzo para dedicarse a la campaña electoral. Ahora, volverá al Senado y desplazará a Rodrigo Blás a Diputados, aunque los blancos valoran que podrá ponerse al frente de la campaña de Laura Raffo desde más temprano, a la vez que reducirán las tensiones con el Frente Amplio por las críticas a su gestión.
Su sustituto, Nicolás Martinelli, era el principal candidato para ese momento y el relevo se adelantó. El abogado integra el círculo de confianza de Lacalle Pou y venía desempeñándose como director general de Secretaría por lo que ya conoce el mando.
Quien deberá iniciarse en la gestión de seguridad será Pablo Abdala, que acababa de renunciar a la presidencia de INAU para poder dedicarse a la campaña, algo que podrá seguir haciendo si las tareas en Interior no le insumen demasiado tiempo.
En el caso de Bustillo, tiene rango de embajador en el Servicio Exterior por lo que Paganini deberá designarle un destino. En caso de querer enviarlo al frente de una misión diplomática, deberá lograr que su venia sea aprobada en el Senado donde la coalición tiene mayoría.
Aunque nunca había tenido contacto con la diplomacia y su gestión en Industria era aprobada con luces por el mandatario, Lacalle Pou ya había pensado en Paganini para la Cancillería en otros momentos –como marzo de 2022– en los que Bustillo había tambaleado.
El futuro canciller encabezó varias misiones oficiales solo, habla inglés con fluidez –ha dado discursos en este idioma en el exterior– y tiene muy buen vínculo con los directores generales con los que trabajó por temas específicos como la segunda transición energética. Nicolás Albertoni, del Partido Colorado, continuará como vicecanciller.
La decisión de llevar a Paganini del cuarto piso del Edificio Ancap al Palacio Santos derivó en que Elisa Facio, una ingeniera que pertenece al sector Por la Patria de Jorge Gandini, sea designada como nueva ministra. “Ha tenido una destacada trayectoria profesional como especialista en ingeniería de software tanto en el ámbito público como privado”, señala su CV. Fue presidenta de ANDA y venía desempeñándose como directora general de Secretaría del MIEM.
Respuestas e incógnitas
Visiblemente cansado –como lo reconoció– tras comunicarle los cambios a una delegación del Frente Amplio encabezada por Fernando Pereira, Lacalle Pou se trasladó desde Suárez y Reyes a la Torre Ejecutiva para encabezar una conferencia de prensa en la que respondió algunos cuestionamientos aunque aún quedan incógnitas.
Aseguró que tiene la “íntima convicción” de que Bustillo, Ache, Heber y Maciel no tienen “ninguna responsabilidad legal” en la entrega del pasaporte a Marset y que "sabrán defender su honor y su persona en el juzgado”.
Reconoció que la reunión entre Maciel y Ache con Lafluf en el piso 11 de la Torre Ejecutiva fue a pedido suyo para que “se pongan de acuerdo con ‘qué iban a hacer’ con esas conversaciones” que eran requeridas por la Justicia.
El mandatario no detalló si sabe las razones por las desapareció un acta notarial con los chats que la exvicecanciller había entregado a la Cancillería para que esta las enviara a la Justicia.
Ache dijo en Fiscalía que Lafluf le comunicó que las había destruido y que el asesor le pidió que hiciera una nueva, algo que se realizó días después.
Sin referirse al punto específico acerca de lo que había ocurrido, Lacalle Pou detalló que el acta con las conversaciones “no era parte de un expediente”. “Era una hoja protocolizada por un escribano. No es que estaba incluido en un expediente”, dijo y agregó que este sábado habían vuelto a verificar en el “expediente GEX” –el que usa la Cancillería– y “no era parte”.
Con su respuesta, el presidente contradijo la posición que había dado Ache ante Fiscalía, ya que la exvicecanciller expresó que las comunicaciones sí formaban parte del expediente.
Según su versión, el 24 de noviembre le envió una nota a Bustillo que señalaba que había ingresado al expediente un “sobre cerrado de carácter reservado” que contenía “testimonio de las comunicaciones informales que mantuve por WhatsApp con el señor subsecretario del Ministerio del Interior, protocolizadas por escribano público”.
Tras esto, de acuerdo con Ache, la Cancillería envió la información a la Justicia aunque no incluyó las conversaciones, las cuales fueron agregadas a los pocos días tal como coincidieron ella y Lacalle Pou.
El asunto será dilucidado por la Fiscalía, que ya resolvió que abrirá una nueva causa para definir si alguno de los implicados cometió algún delito.
